Miércoles, 7 de enero de 2009 | Hoy
EL MUNDO › POR LA SUSPENSIóN DEL BOMBEO RUSO
Parte de la Unión Europea dejó de recibir gas ayer por el conflicto entre Rusia y Ucrania. En pleno invierno, Turquía, Bulgaria, Rumania, Austria, Grecia, Macedonia, Croacia, Polonia, Hungría y Alemania vieron reducido o hasta suspendido el ingreso del combustible. Según datos difundidos por la empresa estatal Naftogaz en Kiev, Rusia sólo está bombeando a través de los gasoductos que pasan por territorio ucraniano 92 millones de metros cúbicos de gas diarios, en vez del volumen habitual de 221 millones de metros cúbicos. En medio de las denuncias de los países europeos, el gobierno ruso y el ucraniano accedieron a retomar mañana las negociaciones para restablecer el servicio, según informó un funcionario ucraniano. Mientras no se llegue a una solución, explicó el Kremlin, rige la orden del primer ministro ruso, Vladimir Putin, de continuar con el recorte de otro 20 por ciento de gas a Ucrania.
El objetivo de las negociaciones es retomar la discusión interrumpida en la noche de Año Nuevo. Antes del inicio de 2009, el gobierno ruso anunció que las conversaciones con su ex aliado soviético, Ucrania, habían fracasado. Putin había advertido unas semana antes que la “era del gas barato había terminado” y que, a partir de ahora, iban a renegociar los precios con todos sus socios. Gazprom, la empresa energética estatal rusa, suministra no sólo a sus antiguas repúblicas soviéticas, sino además a una parte importante de Europa occidental. Algunos de sus principales gasoductos pasan por Ucrania.
Ante los reclamos de Europa, Gazprom respondió acusando a Ucrania. “Había un pedido de 130 millones para Europa y hemos suministrado ese volumen menos 65,3 millones, que es lo que se roba Ucrania”, aseguró el portavoz de la empresa estatal rusa, Serguei Kupryuanov. Según sus datos, en total ayer suministraron a Europa unos 65 millones de metros cúbicos. El lunes habían exportado 260 millones y antes de la crisis con Ucrania el flujo era de 300 millones de metros cúbicos de gas. El Kremlin sostiene que está intentando redirigir sus exportaciones por los gasoductos que no pasan por Ucrania, por ejemplo los que atraviesan Bielorrusia y por debajo del Mar Negro.
Desde que decidió suspender el suministro a Ucrania, Rusia sostiene que sólo recortó el gas destinado a Kiev, no el del resto de Europa. Pero ayer los gobiernos de Europa central denunciaron que la presión en sus gasoductos había caído dramáticamente. En Eslovaquia, el recorte fue tan fuerte que el gobierno anunció que no existe suficiente presión para poner en uso todas las reservas. El reclamo de Hungría fue aún más desesperado. El país depende en un 90 por ciento del gas que entra de Rusia y ayer el suministro se cortó por completo.
Hungría cuenta con reservas de 3100 millones de metros cúbicos, pero también debe proveer a su vez a Serbia, que sí es ciento por ciento dependiente. De los 38 millones de metros cúbicos de gas diarios que llegan según contrato de Rusia a Hungría, 11 millones son para Serbia y Bosnia.
Desde Bulgaria, el ex ministro de Asuntos Exteriores Solomon Passi instó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a tomar cartas en el asunto. Según alertó, la seguridad de su país está en peligro por el recorte del gas. En Bulgaria las autoridades anunciaron medidas de ahorro a las industrias y llamaron a los hogares a ahorrar para evitar una crisis energética.
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