Martes, 13 de enero de 2009 | Hoy
EL MUNDO › ENTREVISTA CON KHATCHIK DERGHOUGASSIAN, EXPERTO EN MEDIO ORIENTE
El analista DerGhougassian entiende que con la ofensiva en Gaza, Israel le pide a la nueva administración de EE.UU. que deje las ambigüedades. Y que “las condiciones infrahumanas” en la Franja “crean un caldo de cultivo para la persistencia de Hamas”.
Khatchik DerGhougassian es uno de los mayores expertos en Medio Oriente de la Argentina. Especializado en asuntos de seguridad internacional, es doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad de Miami y profesor en numerosas universidades del país y del mundo. En diálogo con Página/12, este académico reflexionó sobre la actual guerra. “Pensar que se puede neutralizar definitivamente a Hamas es una ilusión, sin un costo humano que podría llegar al exterminio total de la población de la Franja”. Al mismo tiempo, señaló que “tanto la solución al presente conflicto como la creación de un Estado palestino es posible sólo si desde Washington se manifiesta la voluntad y determinación política necesaria para mediar entre Israel y los palestinos”.
–El gobierno Israelí enfatiza el hecho de que Hamas viene lanzando cohetes hacia su territorio desde hace varios años. ¿Por qué ataca ahora?
–Hamas, a su vez, acusa a Israel de haber sido el primero en violar el cese de fuego. No hay forma de establecer la verdad de quién ha sido el primero en comenzar las hostilidades, y, en el fondo, tampoco tiene mucho sentido buscar el culpable cuando no hay voluntad de paz, y la solución se piensa en forma unilateral y en términos de una “victoria” militar, como si existiese la “batalla decisiva”. Más importante, desde el fracaso del proceso de Oslo, y la llegada al poder de la administración Bush en 2001, Estados Unidos abandonó su compromiso de intermediario, imprescindible en ese conflicto, que había asumido al final de la Guerra del Golfo de 1991 como parte de su proyecto hegemónico en Medio Oriente.
–¿Piensa que el contexto internacional puede haber influido en los tiempos del operativo militar?
–Sí, en términos de aislamiento de Hamas y de la transición en Washington. Se puede pensar que con la ofensiva en Gaza Israel le quiso hacer un “test” al próximo presidente estadounidense que no se había definido claramente con respecto al conflicto israelo-palestino. Pero no sé si es un factor determinante mayor que los factores más locales, sobre todo las próximas elecciones y el fantasma del fracaso de 2006 en la guerra del Líbano.
–De las fuerzas políticas israelíes, ¿quién se fortalece y quién se debilita con el actual conflicto?
–Las encuestas de opinión pública demuestran que la ofensiva ha puesto fin a la gran ventaja de Netanyahu, y que Kadima y su aliado en el gobierno, el Laborismo, pueden permanecer en el poder. Me parece que la prioridad de Livni y Barak en este momento es impedir que Netanyahu, o el Likud, gane las elecciones.
–Israel declara como sus principales objetivos detener el lanzamiento de cohetes contra el sur de su territorio. ¿Lo puede lograr?
–Es muy probable que la ofensiva, cuando llegue a su término, debilite considerablemente la capacidad ofensiva de Hamas. Pero pensar que se puede neutralizar definitivamente a Hamas es una ilusión, sin un costo humano que podría llegar al exterminio total de la población de la Franja. De todas maneras, a menudo se olvida la popularidad de este movimiento, al menos en Gaza; popularidad, que se explica y se consolida con la capitalización política del resentimiento y bronca que genera la ocupación y la represión, y se nutre de la cultura de violencia propia a toda organización extremista. Las condiciones infrahumanas de Gaza crean el caldo de cultivo para la persistencia de Hamas.
–¿Piensa que la respuesta israelí a los ataques de Hamas es desproporcionada?
–Más allá de toda explicación o justificación de la ofensiva contra Gaza, no cabe la menor duda de que la respuesta israelí en términos humanitarios es desproporcionada. En el pasado, Israel ensayó ataques a blancos selectivos de líderes de Hamas que si bien casi nunca habían sido sin bajas civiles pero tampoco habían tenido la magnitud actual de muertes y destrucción. Por otra parte, si el argumento de Israel es que Hamas utiliza a la población civil como “escudos humanos” o dispara desde escuelas u hospitales, entonces, y más allá de las consideraciones críticas a esta declaración, queda casi claro que por lo menos Israel no considera posible atacar a Hamas sin tantas bajas civiles.
–¿Cree que las fuerzas israelíes se quedarán a ocupar la Franja?
–Oficialmente no hay ningún indicio que el fin de la ofensiva es la reocupación de Gaza. Tampoco veo cómo una nueva ocupación podría beneficiar a Israel.
–Estados Unidos no deja de repetir que el objetivo es lograr un cese al fuego “durable” y “sostenible”. ¿Cuáles son las perspectivas de alcanzar ese status quo con Hamas en el poder?
–Con Bush al poder, nulas. Hay que esperar a Obama para ver cómo la nueva administración definirá “durable” y “sostenible”, o si seguirá usando estos mismos términos diplomáticos para hablar de cese de fuego, o del conflicto en general.
–¿Cuál debería ser desde su punto de vista el rol que deben jugar los Estados vecinos como Líbano, Siria, Jordania o Egipto en las presentes circunstancias?
–No hay ninguna coordinación entre estos Estados vecinos. Cada Estado piensa y actúa de acuerdo a sus propios intereses y cálculos, y ninguno está dispuesto en arriesgar su propia estabilidad interna.
–¿Cree que la actual situación debilita el proyecto de construir finalmente un Estado palestino?
–La situación actual es un trágico episodio más de un proceso de deterioro desde por lo menos fines de 2000 donde al truncamiento del proceso de paz de 1993 se le sumó un contexto global y regional hostil a los palestinos marcado por la llegada al poder en 2001 de George W. Bush en Washington y Ariel Sharon en Israel. A ello se suma la invasión y ocupación de Irak en 2003, la victoria electoral de Hamas de enero de 2006 y la disputa interna por el poder en los territorios palestinos entre Hamas y Al Fatah. No le quito importancia al contexto regional y la política de Washington, pero creo que en términos de construcción del Estado-nación, la fractura interna palestina ha sido un golpe muy duro a este proceso.
Entrevista: Martín Suaya.
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