Sábado, 21 de marzo de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL ROL POLíTICO DE VANDA PIGNATO, ESPOSA DEL PRESIDENTE ELECTO DE EL SALVADOR
Es brasileña, representante del PT para Centroamérica y amiga de Lula. Es también el puente entre sus dos países y le dan el crédito de haber difundido un modelo alternativo de izquierda dentro del FMLN.
Por María Laura Carpineta
La futura primera dama de El Salvador acompañó a su esposo durante toda la campaña, pero se esforzó en mantener un perfil bajo. Esquivó sistemáticamente a los medios de comunicación y hasta un mes antes de la elección que coronó por primera vez al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), la mayoría de los salvadoreños no la conocían. Pero Vanda Pignato, una brasileña con un impecable sentido de la moda, es todo lo opuesto a una esposa decorativa.
Detrás de su sonrisa se esconde el principal cuadro político del Partido de los Trabajadores (PT) brasileño en Centroamérica. Pignato se unió al partido fundado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en sus inicios, en los ochenta, cuando apenas había pasado los 20 años. Según fuentes del círculo íntimo del presidente electo Mauricio Funes, durante esa época la entonces joven abogada forjó una amistad con Lula, que mantiene hasta el día de hoy. “Mauricio se reunió con Lula tres veces como candidato y ahora se verán por cuarta vez en menos de dos años. Eso no lo consigue cualquiera”, señaló a Página/12 uno de los principales asesores del salvadoreño, quien pidió no revelar su nombre.
Esa amistad se vio en Nueva York el lunes pasado, cuando Lula dedicó un minuto de su discurso para felicitar a “un viejo compañero” por su victoria electoral y se volvió a hacer patente ayer cuando el principal asesor del presidente brasileño en temas de política internacional, Marco Aurelio García, anunció que en las próximas horas lo recibiría para felicitarlo personalmente.
Seguramente Pignato se hará a un lado para dejarlos solos en la foto oficial, como hizo las otras tres veces que los dirigentes se reunieron. Sin embargo, no hay dudas de que la veterana militante petista allí estará. El propio secretario de Relaciones Internacionales del PT lo había adelantado el domingo pasado, cuando los acompañó durante los comicios. “Vanda ayudará a acercar a los dos países”, aseguró Valter Pomar tras el festejo. No extraña que el primer viaje del presidente electo fuera justamente a Brasil y a días de la votación.
Desde que depuso las armas a principio de los noventa, el FMLN mantiene excelentes relaciones con el PT brasileño. En gran parte, aseguró un importante militante de la ex guerrilla salvadoreña, gracias a Pignato. La dirigente petista se enamoró del pequeño país centroamericano hace más de 15 años, cuando llegó de la mano de su primer esposo, el entonces representante en Brasil del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) –una de las cinco organizaciones que integraban el FMLN)–, Ernesto Zelayandía.
Acompañó el proceso de paz y participó de campañas de vacunación y ayuda humanitaria. No tardó en darse cuenta de que su lugar estaba allí. Utilizó sus dotes diplomáticas y consiguió un lugar en el Centro de Estudios Brasileños, una oficina de la embajada brasileña en San Salvador. Desde ese lugar se ocupó de difundir la experiencia y el crecimiento del PT en Brasil. Cuando Lula asumió la presidencia en 2003, reconoció su trayectoria nombrándola representante del partido en toda Centroamérica. Después de la victoria del domingo pasado Pignato deberá dejar el cargo, pero no su misión. Aunque ella lo niega, ha tenido una inmensa influencia en la visión política de su marido, quien abiertamente se declara un admirador de su política social.
Hace tres años, en un encuentro de dirigentes latinoamericanos, la representante del PT para la región hacía un análisis de los primeros años del gobierno del PT. “El gobierno de Lula no es un gobierno ciento por ciento de izquierda, es verdad. No porque no queremos que así sea. Este es el gobierno posible, por la correlación de fuerzas (...) Una de las prioridades de nuestro gobierno fue ordenar la casa, fue la de construir la estabilidad económica sin la cual no era posible echar a andar los programas sociales”, había señalado Pignato.
Entre tantas expectativas y miedos sobre cómo será el primer gobierno del FMLN, las palabras de la futura primera dama podrían marcar un posible norte, que por primera vez para El Salvador se encuentra al Sur.
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