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Un Reich que quiere dar un golpe por vía electoral

El funcionario estadounidense Otto Reich, acusado de vinculaciones con el golpe fallido en Venezuela, pidió la realización de “elecciones” para salir de la crisis política que envuelve a Chávez. Pero esta salida no es constitucional, y de hecho la OEA y la oposición apenas se plantean la realización de un referéndum consultivo.

Es posible que Otto Reich desconozca el peso de ciertas palabras, o que lo conozca y entonces haya vuelto a las andadas con las presiones para una salida del orden constitucional en Venezuela. En el marco de una conferencia organizada por The Heritage Foundation, el subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Hemisféricos dijo ayer que “es tiempo de resolver las diferencias políticas en Venezuela de manera pacífica, democrática y constitucional a través de una elección”. Pero una elección es un recurso que no se plantea ni el presidente Hugo Chávez, ni la oposición y ni siquiera la OEA, que está mediando en la crisis política venezolana. O sea, lo que propone Reich es que otra vez se rompa el orden constitucional. Más allá de esta cuestión semántica, lo cierto es que las palabras de Reich se enmarcan en un ciclo de presiones de la OEA y de la oposición para que Chávez encuentre una salida constitucional, vía referéndum y no elecciones, a una situación de virtual parálisis política.
“Cualquiera sea la solución electoral a la que lleguen los venezolanos a través del diálogo, debe ser libre, justa y transparente y acordada tanto por el gobierno como por la oposición”, añadió Reich, quien llamó a ambas partes a bajar el tono de su retórica. Pero el funcionario norteamericano, vinculado directa o indirectamente en el fallido golpe militar del 11 de abril, recalcó que “como jefe de Estado, Chávez tiene una obligación especial para asegurar las condiciones propicias para el diálogo”, y que tiene que “desarmar los grupos armados irregulares”, incluidos los Círculos Bolivarianos, y suministrar un ambiente seguro para el diálogo, libre de “acoso, intimidación y violencia”. El último pedido de Reich para el presidente venezolano es “una investigación sobre las muertes de civiles venezolanos el 11 de abril. La investigación fue prometida, pero no hecha”.
Al igual que el secretario general de la OEA, César Gaviria, que estuvo en Caracas para mediar entre el gobierno y la oposición, Reich criticó la posición de la veintena de militares rebeldes instalados desde hace una semana en Plaza Altamira (este de la ciudad) para pedir la renuncia de Chávez como “una salida inconstitucional”. El mismo Chávez elogió la posición de Gaviria, criticada por los rebeldes, y aclaró que “en algún momento ellos tendrán que tomar una decisión: o siguen el camino de los cuarteles y las armas o siguen el camino de la política”.
El embajador norteamericano en Caracas, Charles Shapiro (a quien también se lo vinculó directamente con el golpe de abril), dijo que “yo veo la presencia de militares uniformados como algo preocupante, pero es un proceso que empezó hace años con el involucramiento de los militares venezolanos en la vida política. Es algo chocante, pero es algo que se debe discutir en la mesa de diálogo”. En cierta manera, la posición de Shapiro resume la de los demás, sacando la gaffe o la declaración intencionada de Reich: la posición de los militares rebeldes es incorrecta, pero al mismo tiempo es un síntoma de que Chávez, personalmente, tiene que hacer algo para desactivar esta crisis.
El presidente venezolano admitió ayer la posibilidad de “una salida electoral”, pero sin ambigüedades de significado, porque está pensando en el referéndum revocatorio que la Constitución Bolivariana habilita para la mitad de mandato. Claro que esto ocurriría en dentro de 10 meses, y la oposición está buscando el resquicio constitucional que le permita adelantar la salida. Este resquicio es la convocatoria a un referéndum consultivo sobre la renuncia de Chávez, para el cual ya está juntando un millón de firmas. El gobierno afirma que esto es una mala interpretación de la figura del referéndum consultivo.
“A mí Plaza Altamira no me quita el sueño. Sé que amplios sectores de la oposición no apoyan este tipo de medidas”, dijo ayer, confiado, el presidente venezolano. Pero todo apunta en otra dirección: a que de algún modo tendrá que someterse a una consulta en la que, según algunas encuestas, no tiene las de ganar.

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Otto Reich, secretario de Estado para Asuntos Hemisféricos.
 
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