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“Yo quiero una resolución contundente: 15 a 0.” La expresión de deseos del secretario general de la ONU, Kofi Annan, cuando los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad todavía discutían el nuevo proyecto de resolución sobre Irak presentado por Estados Unidos, puede ser hoy una casi realidad. Francia, China y Rusia finalmente dieron el visto bueno de este nuevo borrador, que excluye lo que para ellos era más irritante, que es la posibilidad de un uso automático de la fuerza si Irak deja de cooperar con los inspectores de la ONU que verificarán la existencia de armas de destrucción masiva en ese país.
Con el reemplazo del uso automático por el de la necesidad de discutir una segunda resolución (que implica toda una serie de demoras que interesa a Irak), los tres opositores a los planes anglonorteamericanos bajaron la guardia. “George Bush y Jacques Chirac hablaron por teléfono para finiquitar el acuerdo”, declaró Catherine Colonna, la portavoz del presidente francés. “Las diferentes posiciones de las partes están cada vez más cerca y hemos hecho un progreso importante en la redacción de la resolución”, aseguró Zhan Yishan, embajador chino ante la ONU. Anteayer, Chirac y su colega ruso, Vladimir Putin, habían hablado respecto de la existencia de “ciertas ambigüedades” en el proyecto norteamericano. Probablemente se refirieran al hecho de que Estados Unidos quiere que la resolución sea adoptada bajo una capítulo de la Carta de la ONU que habilitaría al uso automático de la fuerza. En todo caso, hoy se realizará la votación entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad, y que el único que puede destruir el sueño de Kofi Annan de una aprobación unánime es Siria. Por lo demás, la aprobación parece un hecho.