DEPORTES › GABRIEL OMAR BATISTUTA NO VOLVERA A VESTIR LA CELESTE Y BLANCA
La Selección perdió a su máximo goleador
Nadie hizo tantos goles para el equipo nacional como Batistuta: 56 en 78 partidos entre julio de 1991 y junio de este año. Pero como Bielsa no lo llamó para el amistoso contra Japón, al que siempre le marcó tantos, decidió que era tiempo de hacer oficial la despedida.
Por Pablo Vignone
Se acabó. Se acabó una historia de 56 goles, iniciada el 1º de julio de 1991, hace más de once años, macerada al calor de 78 partidos con la camiseta blanquiceleste. Se apagó el rescoldo del último fueguito que quedaba del apasionado romance que mantuvo con el público, los mismos hinchas que lo impusieron finalmente, a través de las encuestas que tanto se consultaban en Naraha, como titular en el último Mundial. “La decisión se debe a la edad que tengo y al tiempo que falta para otra competencia importante. No hay tiempo para más, todo lo que podía dar en la Selección ya lo di. Tal vez si hubiera cerca una Copa América, yo lo habría pensado un poco más, pero en este caso no.”
Gabriel Omar Batistuta, el máximo goleador de la rica historia de la Selección Argentina, anunció ayer que no volverá a vestir nunca más la celeste y blanca. La posibilidad estaba latente, pero, como cantan en la tribuna, los hinchas querían “verlo otra vez”, y la chance del amistoso contra Japón, el próximo miércoles 20, parecía la ideal. Pero esa oportunidad se desperdició y, entre dolorido e irritado, el santafesino le dio el corte final a la situación. Y aunque Batistuta sigue en el fútbol, y el fútbol sigue también, es imposible no derramar un lagrimón.
“Hasta ayer mismo esperé una convocatoria para el partido con Japón y como no se produjo, entonces me pregunté: ¿cómo puede ser que llamaran a todos los del Mundial menos a mí? Y entonces decidí que había llegado el momento del retiro definitivo del seleccionado”
A la memoria saltan inmediatamente los más bellos goles, y los más decisivos. Aquel gol contra Japón en el Mundial 2002, que Angel Cappa elogió señalando que Batistuta “definió como quien cierra la puerta de un Rolls-Royce”, o los dos goles contra México en la final de Copa América 1993, en Ecuador. Hay para elegir entre 56: cualquiera de los tres contra Grecia, en el debut del Mundial ‘94, en Boston, o los dos que le hizo a Oscar Córdoba contra Colombia en las últimas Eliminatorias; el que le señaló a Australia en la cancha de River, para poder viajar al Mundial de Estados Unidos, o el que le convirtió a Nigeria, de cabeza, en el arranque de la última Copa del Mundo.
“¿Cuál me gustó más? Se mencionaron muchos, pero salvo los que hice de penal, los demás me gustaron todos. No hubo uno que recuerde especialmente”.
El romance se había acabado tiempo atrás. “Los mejores momentos en la Selección los pasé con Alfio Basile cuando ganamos las Copas América de Chile, en 1991, y de Ecuador, en 1993”. No es ningún secreto que nunca se llevó bien con Daniel Passarella, que prefería a Crespo; pero la voluntad del entrenador quedó rehén de los goles de Batistuta, que lo llevó hasta los cuartos de final del Mundial 1998. Y tampoco lo pasó mejor con Marcelo Bielsa, presuntamente víctima del grupo de los más jóvenes con Verón, Sorín y el Piojo López a la cabeza. Los que conocieron la intimidad de la Selección, saben que, así como Bielsa no quería ponerlo junto con Crespo, confiaba más en el ahora delantero del Inter que en el interminable Bati. Pero se rindió ante la evidencia.
“Al revés de otras, veces en esta ocasión no tenía expectativas por ser convocado –explicó el delantero de la Roma, que confía en jugar en Inglaterra el año próximo–. Es decir, esperaba que me llamaran pero sin la ansiedad de otras veces. Y creo que eso también fue un síntoma.”
Batistuta ya había anunciado que no jugaría más en el seleccionado “después del empate con Suecia en Japón”. Pero el panorama cambió: “cuando se le renovó el contrato a Bielsa dudé un poco, porque se había empezado a hablar de que jugaría este amistoso y quizás esa hubiese sido una buena oportunidad para despedirme del equipo”.
“Sin embargo –explicó– cuando vi que no me llamaban supe que mi último partido con la casaca argentina había sido aquel que nos dejó afuera del Mundial. La decisión no fue sencilla y me produce un gran dolor.” Batistuta jugó tres Mundiales, en los que marcó 10 goles, pero su gran frustración fue la eliminación en la reciente Copa del Mundo. “Fue una gran desilusión. Teníamos todos los ingredientes como para hacer un gran asado y se nos quemó. Por el trabajo que se había realizado durante cuatro años y la experiencia europea de la mayoría de los integrantes del equipo, yo estaba convencido que seríamos campeones del mundo.”
¿Se abre ahora, por fin, la era de Crespo? “Nos parecemos bastante, aunque creo que él puede jugar un poco más por los costados o arrancando más de atrás, pero no es una cuestión de que sea heredero o no” afirmó el goleador. “Pero no tendré ninguna envidia cuando lo vea en mi lugar, porque para una competencia formal del seleccionado faltan casi dos años y quizás para entonces ya no tenga más ganas de jugar al fútbol.”
Ave Bati. Los que van a ver a la Selección, te saludan.