ESPECTáCULOS

Los Twist se reúnen, en una noche de descontrol

El músico Pipo Cipolatti admite que armó el show de hoy porque carece de trabajo y promete un tributo a la etapa previa a los discos que convirtieron al grupo en importante, hace veinte años.

 Por Cristian Vitale

Hubo una vez un grupo de rock –o algo parecido– que se adelantó a los tiempos. Corría 1982 y el concepto de diversión no era considerado en la Argentina demasiado rockero, acaso porque aún existían una dictadura militar que había asesinado a miles de personas. En ese contexto, en que el rock se había visto obligado a ser testimonial y recién aparecían los primeros grupos “modernos”, aquellos que proponía, por ejemplo, volver a bailar, Los Twist lograron hacerse de un lugar e instalar la idea de que además de decir lo que pasaba también valía la pena divertirse, descontrolarse. Puede decirse, 20 años después, que Los Twist fueron parte esencial del “contraboom” posterior al boom Malvinas, que fueron parte de un equilibrio que los jóvenes de la democracia naciente estaban esperando. Puede decirse también que hoy, dado el perfil contestatario y lleno de realidad de algunas de las bandas más convocantes de Argentina, el contexto da otra vez para olvidarse un poco de las penas y bailar, y jugar, y reírse de todo y de todos.
Esta noche la formación original de Los Twist cumplirá otra vez ese papel en el Teatro Opera. La excusa es festejar el vigésimo aniversario de su nacimiento recreando la etapa prediscográfica –la de los primeros recitales en el Café Einstein y en la Ciudad deportiva de Boca– y recorriendo íntegra y exclusivamente La dicha en movimiento (1983), aquel censurado disco producido por Charly García, que los hizo famosos a caballo de hits lúdicos, sarcásticos y memorables como “Ritmo Colocado”, “Pensé que se trataba de cieguitos”, “Salsa”, “Jabones Flotadores” o “Jugando Hula-Hula”. “La idea se me ocurrió hace 5 años cuando Los Twist cumplían 15. Lo quería hacer al aire libre con un alimento no perecedero como entrada y a beneficio. Pero no lo pude lograr. Por suerte ahora se dieron las cosas y vamos a tirar la casa por la ventana. Va a ser una especie de derrotero dinámico de situaciones que tienen que ver con el año en que nacimos. Vamos a interpretar sólo La dicha en movimiento que si bien salió en 1983, en 1982 ya estaba sembrado. Los temas serán tocados tal como los grabamos, sin más arreglos que esos y con la formación original”, cuenta Pipo Cipolatti. Una de sus obsesiones, se deduce, es marcar diferencias con “Explosión 96”, aquel malogrado intento de reeditar La dicha... en 1996 con versiones remixadas.
–¿Aunque se trate de un recordatorio, no es casi un desperdicio dejar afuera del set clásicos como “El estudiante”, “Acuarela homosexual”, “El Twist de Luis” o “Ricardo Rubén”?
–No creo. Vamos a evocar solo el nacimiento de la banda para que los padres lleven a sus hijos a ver lo que Los Twist hacían antes. Cuando festejemos los doce años de Los Twist segunda etapa, sí vamos a tocar “El estudiante” y esos temas. La banda tuvo tres etapas: una de éxitos que terminó en fracaso, una segunda etapa de éxitos que terminó igual y una tercera que ni siquiera llegó al éxito.
–Los éxitos se explican solos. ¿Qué explicación les da a los fracasos?
–Que se expliquen solos también. Las cosas que me disgustan no merecen mucho tiempo de mi atención; suceden así y punto. Si planifico un disco para que sea un éxito y no sale me voy a poner de mal humor; entonces, espero siempre que sea un éxito. Si no sale, mala leche.
El show tendrá también condimentos atrayentes ligados a esa estética festiva, casi costumbrista que Los Twist aplicaron en el pasado. Dos horas antes del recital habrá una kermesse en la cual el público tendrá un pasatiempo con juegos típicos –y anacrónicos– en el hall del teatro. “La idea es que la gente recuerde los juegos de parque de diversiones como ‘golpee la lata’, ‘ensarte la argolla’, ‘emboque la pelota en el vaso’, ‘tire el dardo al blanco’. El fin es reinstalar un concepto estético que se perdió en Argentina”, sostiene Cipolatti. La seguridad del espectáculo,en tanto, estará a cargo de diez titanes –el Caballero Rojo, Mister Moto, El Dogo, La Momia y El Leopardo, entre otros– y Jorge Bocacci será el presentador. “Cierra perfecto porque la fecha oficial del nacimiento de Los Twist es exactamente la misma, pero 61 años después, que la del nacimiento de Martín Karadagian, el más grande de los titanes” agrega.
En los estrictamente musical, Los Twist se telonearán a sí mismos a través de la Agrupación Parisi, una de las formaciones fantasma de Cipolatti como también fueron “Los Parroquia” o “Las guitarras de Yanés”. “Con la Agrupación hacemos jazz, tocamos sentados, usamos partituras, fumamos Parissien y tomamos whisky. Somos Jorges Navarros clonados; canosos, con pañuelo al cuello y hablando entre tema y tema de cuestiones sindicales”, dice Pipo. Entre la Agrupación Parisi y el número central, el músico organizador anuncia la proyección de “Operación Norte” –un cortometraje con audio de Los viciosos, el film de Enrique Carreras, en el que actúan Melingo, Pipo, Cano y Miguel Zavaleta–, sombras chinescas y audiovisuales cuyo contenido estará dado por aspectos desconocidos de la vida pasada del grupo.
–¿Manejan la posibilidad de que esta reunión tenga una continuidad en el tiempo?
–No. Es un hecho conmemorativo puntual. Fabiana está con su disco solista; el rockero que canta tangos en la suya; Rolo es un empresario boliviano de la metalurgia y yo soy el único que está sin trabajo. Por lo tanto, la realidad objetiva no está dada para seguir.
Tal vez el escepticismo de Cipolatti esté relacionado con la postura negativa de Daniel Melingo respecto de Los Twist. De hecho, cuando este medio le preguntó por el retorno, contestó “No soy la persona más indicada para hablar del regreso de Los Twist. Hace tiempo que no tengo nada que ver con la banda y no sé de donde sacaron que yo iba a tocar con ellos ahora” dijo .
–¿Por qué cree, Cipolatti, que Melingo se muestra dubitativo acerca de su participación en el show?
–Hay enigmas de la mente humana que uno no puede descifrar. Desde que se fue, en 1987, participó muy poco en la banda. Creo que no es de su gusto. El tiene una actitud muy seria respecto a la música y considera que Los Twist ya no le cierran; es más, cuando se fue argumentó que la banda era como una novia de la que se había cansado. En cambio, yo nunca me cansé. De hecho, permanecí 15 años al frente pese a que la iniciativa de formarla a principios de los ‘80 había sido de él. En suma, Melingo cambió desde que se fue a España e incursionó en la música hipnótica con Lions and Love. Después se dedicó al tango con un resultado sorprendente y ahí lo tenés, es un capo del rubro. Pero hoy va a tocar, al menos como una especie de invitado.

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Pipo Cipolatti siempre fue el cerebro propagandístico de una banda con músicos rotativos.
 
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