EL PAíS
“Hay más funcionarios ricos que niños felices”
La Marcha por la Vida entró ayer al conurbano y hoy llegará a la ciudad de Buenos Aires. El acto será a las 16 frente a la Pirámide de Mayo. El Movimiento los Chicos del Pueblo encabezó la movida.
Por Laura Vales
“En este país hay más funcionarios ricos que niños felices”, decía la pancarta al tope de la caravana. Ayer, después de recorrer el interior del país, los 300 pibes que realizan la Marcha por la Vida entraron con ella al conurbano bonaerense. Fue el último día de su movilización –el número once– en defensa de los derechos del niño, antes de llegar a la Plaza de Mayo. Los pibes eligieron para su tramo final hacer un alto en el partido de La Matanza, donde otros chicos, hijos de desocupados, los recibieron al borde de la ruta.
La movilización es encabezada por el Movimiento los Chicos del Pueblo partió desde Misiones el 28 de octubre para recorrer Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos antes de llegar a Buenos Aires. Su objetivo es impulsar el debate sobre la desprotección de los pibes en un país donde más del 70 por ciento de ellos está por debajo de la línea de pobreza. La consigna de la actividad es “Detrás de cada chico de la calle hay un padre desocupado”.
“Esta es una marcha que no se apoya en la ideología de la caridad, sino en el reclamo de Justicia”, definió a Página/12 Arturo Morlachetti, coordinador del Movimiento los Chicos del Pueblo. Sociólogo, ex niño de la calle, fundador del Hogar Pelota de Trapo, Morlachetti considera que para los pibes, como hecho pedagógico, la movilización es “trascendente y transformadora, un elemento de organización y de conciencia, la posibilidad de preguntarse qué le pasó al país para empezar a comprender sus propios abandonos y ausencias”. Esa concepción se reflejó ayer en las palabras que los chicos dijeron durante el acto que se realizó en La Matanza, y en el que fueron los únicos oradores.
“A mí me da bronca cuando en los colegios del Estado no hay comedores”, planteó por ejemplo Yanina, once años, chaleco piquetero. “Estamos luchando para que no pasen estas cosas, para que no haya nenes revolviendo un tacho de la basura buscando comida. Todos nosotros sabemos que si nos quedamos callados nos van a quitar nuestros derechos.”
Y Sabrina, también hija de desocupados: “Nos sentimos orgullosos por todo esto. Queremos compartir con nuestros padres esta historia”.
En el contingente que hoy llegará a la Capital hay chicos provenientes de Mendoza, Río Cuarto, Tucumán, Santiago del Estero, General Roca, Avellaneda, General Rodríguez, Fiorito, Hurlingham y José C. Paz.
Samuel, un misionero de 8 años, explicó a Página/12 que participó de la caravana “para pedir que la gente no tenga hambre”; dijo además que lo que más le gustó de todo fueron las cataratas, que aunque están en su provincia él no conocía.
Para Macarena, mendocina, 12 años, lo mejor “fue cuando vi que la gente se empezaba a sumar a nosotros”. La nena agregó que reclama “para que se cumplan nuestros derechos a tener una familia, un plato de comida y que los padres tengan trabajo”.
Los chicos entraron a La Matanza con distintos cantitos. Los más repetidos decían: “Por eso yo voy a marchar de Misiones a la Capital para contagiarle a la gente la alegría de luchar”, y “Todos los pibes van a entrar porque queremos pan trabajo y dignidad”.
“Siento admiración por estos pibes”, dijo en La Matanza el titular de la CTA Víctor De Gennaro. “Ellos cambiaron el destino que tenían marcado por otro de dignidad. No lo hicieron solos sino apoyados por el trabajo del Movimiento, pero los pibes pusieron lo principal, su voluntad de cambio. Por eso salen a pelear, responden a la muerte con vida”.
En su recorrido por noroeste del país, los chicos del Movimiento de Morlachetti marcharon acompañados por organizaciones sociales y sindicales: los gremios docentes y estatales, la Federación de Tierra y Vivienda, el Frenapo, Abuelas, Madres-Línea Fundadora e H.I.J.O.S.
En Formosa, donde el 80 por ciento de los habitantes viven por debajo de la línea de pobreza, una delegación de niños tobas denunció la represión sufrida el 16 de agosto en el barrio Nanqom, donde hubo menores golpeados “y un bebé nació en forma prematura porque le pegaron a una embarazada”.
En Quimilí, fueron intimados por la policía a desalojar la escuela en la que habían pasado la noche. El contingente fue alojado de apuro en la Casa del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase).
En Resistencia hicieron un acto en la plaza 25 de Mayo. La marcha entró a la plaza remodelada dos años atrás a un costo de dos millones de dólares seguida por los cartoneros y sus chicos. En el centro se sumaron los habitantes del barrio toba, donde viven cerca de 600 familias.
En cada lugar la caravana recibió cartas y banderas para traer a la Capital Federal.
Los porteños podrán verlas hoy, cuando la marcha atravesará la Capital, desde Liniers hasta el Cabildo, a partir de las 10. El itinerario anunciado prevé que las columnas, que estarán acompañadas por los piqueteros de la FTV y las CCC, avancen por la avenida Rivadavia. El gobierno de la Ciudad anunció que al mediodía entregará a cada chico una vianda para el almuerzo, donado por una empresa, en el Parque Rivadavia. El acto central está anunciado a las cuatro, junto a la Pirámide de Mayo.