[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Otro día, otra masacre. Dos francotiradores palestinos, militantes de la agrupación extremista Jihad Islámica, tendieron ayer una emboscada a un grupo de colonos judíos religiosos cuando se trasladaban hacia la tumba del Patriarca, por la llamada Carretera de las Plegarias, para marcar el Shabat: les dispararon desde el barrio de Abu Sneineh, y al menos 12 colonos murieron. Luego, los soldados israelíes se precipitaron para ayudar a los colonos, pero a su vez cayeron en el fuego abierto de granadas y armas automáticas. Entre colonos y soldados hubo más de 15 heridos. Al final, los dos atacantes fueron acorralados y muertos, y las fuerzas israelíes tomaron posiciones en los barrios que dominan los asentamientos judíos en la zona. El ataque ocurrió en simultáneo a las operaciones del ejército israelí, que reocupa parte de las zonas autónomas en Cisjordania y multiplica las detenciones de palestinos.
“Esta masacre, el día del Shabat, es la segunda en una semana contra civiles inocentes, asesinados en sus camas o de camino a la oración. Ningún proceso político puede ser viable cuando terroristas palestinos siguen cometiendo este tipo de atrocidades”, manifestó el portavoz del ministerio israelí de Relaciones Exteriores, Gilad Millo. Agregó que “Israel está conmocionado y estupefacto por lo sucedido a principios de la semana. Hoy contamos de nuevo nuestros muertos”, refiriéndose al ataque del domingo pasado contra el kibbutz de Metzer (ver nota abajo) que provocó la muerte de cinco civiles. Los dos militantes de la emboscada de ayer murieron tras ser acorralados por el Ejército israelí, que bombardeó con cohetes antitanque el edificio desde el que los palestinos abrieron fuego contra los colonos. Un portavoz del ejército aseguró que “decenas de personas resultaron heridas, entre ellas soldados y civiles”. El profesor Shmuel Shapira, subdirector del hospital de Hadassa en Jerusalén, dijo que había en su institución siete heridos, uno de ellos en estado crítico, tres en estado muy delicado, y tres con heridas leves. Otros cinco heridos fueron trasladados al hospital Sharei Tzedek en Jerusalén, cuatro de ellos con heridas leves.
El premier israelí Ariel Sharon fue informado inmediatamente del ataque, mientras se hallaba en su vivienda, un rancho del desierto de Neghev. El jefe del estado mayor, general Moshe Yaalon, interrumpió el reposo sabático y convocó con una urgencia una reunión en el ministerio de la Defensa. Asimismo el ejército israelí instaló un retén en el exterior de las oficinas del líder palestino Yasser Arafat en Ramalá, Cisjordania, poco después del ataque; los testigos señalaron que se restringió la libertad de movimiento alrededor del cuartel de Arafat, a causa del nuevo retén.
El grupo palestino Jihad islámica reconoció la autoría del ataque mediante un llamado anónimo a la prensa que dijo: “Somos de la Jihad islámica y reivindicamos el ataque de esta noche en Hebrón”. El anónimo vocero dijo también que el grupo entregaría una comunicación más completa en las horas subsiguientes. Mientras la Autoridad Palestina no condenaba la acción, tras conocer las dimensiones de la misma, cientos de palestinos salieron a las calles de distintas localidades de Gaza y aplaudieron la acción de los dos militantes de la Jihad. Por el contrario, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, condenó lo que calificó como “un ataque terrorista despreciable”. Enfatizó que sigue “convencido de que no hay más alternativa que una solución política para el conflicto”.
Mientras tanto, en el marco de la ofensiva por tiempo indeterminado anunciada por Israel, que busca “desbaratar las infraestructuras terroristas”, ayer se produjeron varios allanamientos de viviendas, en los que los soldados detuvieron a 30 presuntos activistas palestinos. Los medios israelíes informaron que de los 30 detenidos, tres figuran en una lista de los activistas palestinos más buscados por la Justicia israelí. En el casco viejo de Nablús fue capturado un presunto atacante suicida de 18 años. En Ramalá, soldados israelíes irrumpieron en un restaurante donde se encontraban 100 militantes de Hamas. Además, un palestino de 17años murió durante un enfrentamiento armado con soldados israelíes en Nablús. Según fuentes palestinas, los soldados israelíes dispararon contra un grupo de jóvenes palestinos que estaban arrojando piedras. Por su parte, el ejército israelí señaló que los soldados abrieron fuego tras ser agredidos con cócteles molotov por los palestinos.