Sábado, 13 de marzo de 2010 | Hoy
EL MUNDO › ENTRE DENUNCIAS DE FRAUDE, VA GANANDO EL PREMIER IRAQUí
Con casi un tercio de los votos contados de las parlamentarias del domingo, Maliki obtenía una leve ventaja. El resultado sigue abierto, pero el ganador tendrá que compartir poder con otros partidos para formar gobierno.
Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad
En una carrera cabeza a cabeza en la elección parlamentaria iraquí, la coalición liderada por el primer ministro Nouri al Maliki llevaba una leve ventaja, pero necesitará compartir el poder con otros partidos para formar un nuevo gobierno. El resultado de las elecciones es todavía incierto, porque los funcionarios están aún contando los votos de los sufragios del domingo pasado en medio de acusaciones de fraude. Como en las anteriores elecciones, las tres principales comunidades del país –chiítas, sunnitas y kurdos– votaron por diferentes partidos.
La coalición del Estado de Derecho de Maliki (AED) pareciera estar obteniendo la mayoría de los votos en las provincias chiítas en el sur de Irak, pero la Alianza Nacional Iraquí (ANI), dominada por los partidos religiosos chiítas, no está muy atrás. Los partidarios de Maliki llevan la delantera en la provincia de Maysan, en la frontera iraní. El partido Iraqiya liderado por el ex primer ministro Iyad Allawi estaba primero, principalmente en las provincias sunnitas, como Salahudin y Diyala, al norte de Bagdad, pero iba detrás en las áreas rurales chiítas. Dado que por lo menos el 60 por ciento de los 19 millones de votantes iraquíes son árabes chiítas y otro 20 por ciento son kurdos, el éxito de Allawi será limitado si cuenta sólo con el voto sunnita.
Estos resultados fueron anunciados después del recuento de una parte solamente, menos del 30 por ciento, de las boletas en siete provincias, sobre un total de 18, y por el momento no se pueden prever los resultados finales. Varios candidatos se quejaron de la lentitud del anuncio de los resultados que caen desde el jueves al anochecer con cuentagotas, provincia por provincia, alimentando todas las especulaciones.
“Hay fraudes obvios y claros. Hay personas que manipulan y cambian las cifras para aumentar los boletines en favor de la lista del Estado de derecho”, afirmó Intissar Allawi, candidata del bloque iraquí y allegada a Allawi. “En un primer tiempo, los electores no encontraron sus nombres en los colegios electorales y ahora modifican los resultados”, insistió la candidata, designando a la Comisión Electoral.
Uno de los responsables de la Comisión Electoral, Iyad al Kinani, desmintió estas críticas. “Nosotros estamos habituados a estas acusaciones por los bloques políticos, porque ellos no están al tanto de nuestros procedimientos o porque no tuvieron un buen resultado en las elecciones y hablan de fraudes.” Se presentaron unas 2025 querellas por irregularidades, según la comisión. La lista de Maliki también rechazó las acusaciones de fraudes, según ella “exageradas”. “Por el momento, no hemos tenido conocimiento de fraudes, manipulaciones o presiones sobre los electores”, indicó Hassen Sneid, un candidato de la AED.
El resultado de la elección puede estar determinado por lo que suceda en Bagdad, con una población de seis millones, y Basra, la segunda ciudad de Irak, con dos millones. Después de la guerra civil sectaria de 2006-07, Bagdad es ahora una abrumadora ciudad sunnita y Maliki, a quien le fue bien en la capital en las elecciones provinciales en 2009, espera repetir su éxito. El rival a la coalición del primer ministro en la áreas chiítas es el ANI, cuyos componentes más poderosos son el Consejo Supremo de Irak y los seguidores del clérigo antiestadounidense Muqtada al Sadr.
El movimiento sadrista, representando a los chiítas pobres, tuvo una gran afluencia en su antiguo bastión de Sadr City, un barrio bajo de Bagdad con una población de dos millones. Los sadristas dicen que no aceptarán a Maliki como primer ministro otra vez porque lo acusan de traicionarlos después de que ellos lo ayudaran a ganar las elecciones en 2006.
El otro gran jugador en los futuras negociaciones para establecer un nuevo gobierno serán los partidos kurdos, que están bien organizados y hasta ahora han votado en bloque en el Parlamento. Los líderes kurdos se han vuelto cada vez más hostiles a Maliki durante los dos últimos años por su postura antagónica sobre los territorios disputados entre árabes y kurdos en el norte de Irak. Querrán que sea reemplazado a no ser que haga concesiones radicales. Será casi imposible formar un gobierno estable en Irak sin que los kurdos formen parte de él.
Maliki permanecerá en el gobierno durante los meses que tome formar un nuevo gobierno. Pero su estado de salud está sembrando dudas sobre su futuro, ya que no ha sido visto desde las elecciones y fue sometido a una cirugía el miércoles para quitarle un quiste de su estómago. Su fuerza política se nutre de su popularidad personal y el control del gobierno con un presupuesto anual de 60 mil millones de dólares y un vasto patrocinio a través del control de millones de empleos. Para conseguir cualquier empleo estatal en Irak, de maestro de escuela rural a ejecutivos de la industria, es necesario el apoyo de un partido político.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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