Desde Santiago

Con el discurso inaugural del presidente de Chile, Sebastián Piñera, basado en la reconstrucción, y el Bicentenario de la patria planeando todavía sobre sus ministros y subsecretarios y con las réplicas del terremoto sintiéndose más leves, pero todavía metiendo mucho miedo, el nuevo mandatario mostró ayer una de sus principales características: la de ser un todoterreno.

Sin embargo, las consecuencias del terremoto del pasado 27 de febrero, la demora en las designaciones de autoridades en regiones y las críticas al retraso para desprenderse de las acciones de sus empresas LAN y Chilevisión lo siguen como una sombra por más que el presidente trabaje hasta la madrugada y se mueva de un lugar a otro a un ritmo frenético.

Temprano en la mañana, en una improvisada conversación con la prensa chilena y extranjera en La Moneda, Piñera destacó que pudo descansar de su agitada jornada anterior gracias a que durmió “como niño”.

Acto seguido, aseguró que la tarea de reconstrucción será de largo aliento, dada la real magnitud del terremoto y posterior tsunami. “Habrá un plan de reconstrucción y un fondo para financiar ese plan de desarrollo”, sostuvo, dejando claro que se reasignarán recursos del gasto público en un “esfuerzo de austeridad” y se utilizarán recursos provenientes de los ingresos del cobre y la contratación de créditos extranjeros.

“Esto no va a durar semanas ni meses, va a durar años, porque la magnitud del daño del terremoto es algo nunca antes conocido en Chile. Este es uno de los cinco terremotos más graves, de mayor magnitud de la historia conocida de nuestra humanidad”, sostuvo.

Junto a ello, el presidente descartó que las designaciones de cargos públicos estén atrasadas o que haya improvisación en muchas áreas, achacando el atraso a los efectos del terremoto. Similar argumento utilizó para comentar el futuro de sus papeles accionarios. “Instalar un gobierno es una tarea inmensamente difícil, hay que designar ministros, subsecretarios, jefes de servicios, gobernadores, seremis y nosotros estábamos en ese proceso (...) pero el 27 de febrero hubo una catástrofe en este país”, dijo.

Añadió que, si bien no hay una estimación definitiva de las pérdidas que produjo en el país el sismo y su seguidilla de réplicas, la cifra podría acercarse a los 30 mil millones de dólares, por lo cual se creará un plan de reconstrucción y un fondo de reconstrucción para financiar ese plan de desarrollo.

En relación con los dichos de su ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien dijo en la víspera que tras el terremoto Chile es un país más pobre, Piñera reconoció la afirmación al declarar: “Definitivamente es verdad. Estimamos que las pérdidas que este terremoto y maremoto han dejado a nuestro país van a alcanzar varias decenas de miles de millones de dólares y, por lo tanto, somos un país más pobre por la pérdida de vidas, somos un país más pobre por las pérdidas económicas, pero también siento que somos un país más rico porque el pueblo chileno ha demostrado una vez más su coraje”.

Respecto de la reformulación de la Ley de Presupuesto 2010, la que en una primera etapa se concretará por la vía administrativa –con decretos ley–, a lo que se suman los cambios que son materias de ley y que por lo tanto deben ser aprobados por el Parlamento, Piñera dijo confiar en el respaldo de los legisladores en el Congreso, al tiempo que confirmó la creación de un sistema de alerta temprana y designó al empresario salmonero Juan Sebastián Montes como nuevo intendente de la Región de Los Lagos, completando al menos el nombramiento de los jefes regionales de mayor calado.

Ante ello, el presidente regional del Partido Socialista en Los Lagos, Italo Martínez, aseguró que existen descoordinaciones en la labor del actual mandatario y que la falta de nombramiento de personeros de la actual administración en la zona perjudicará la continuación de la labor realizada por la Concertación.

En otro tema abordado ayer por el mandatario tras asistir al tradicional Tedéum en la Catedral de Santiago, Piñera solicitó al arzobispo Francisco Javier Errázuriz elevar una oración por Chile, mientras que el prelado lo invitó a otorgar un “indulto bicentenario” para reducir las penas o indultar a internos con conducta intachable.

En esta línea, el jefe de Estado dijo que su gobierno acogerá la propuesta de indulto “con mucho cuidado y cariño”, aunque aclaró que frente a la delincuencia no va a haber “ningún gesto de debilidad”.

“Estoy muy abierto a que, por razones humanitarias, personas que estén con enfermedades terminales, que tengan una avanzada edad, considerar en este Bicentenario un gesto de perdón, pero frente a la delincuencia, repito que no vamos a tener ningún gesto de debilidad”, concluyó.