EL MUNDO › NO PUDIERON ENTERRARLO EN LA LLAMADA COLONIA DIGNIDAD

Repudio en el sepelio del nazi Schaefer

El criminal alemán Paul Schaefer fue sepultado ayer en Santiago entre muestras de repudio y luego de que los habitantes de Villa Baviera –como se llama actualmente lo que fue la Colonia Dignidad dirigida por aquél– rechazaran la posibilidad de que sus restos fueran depositados allí.

Decenas de personas gritaron “asesino, asesino” y arrojaron tierra al paso de la carroza fúnebre que transportó los restos de Schaefer desde la funeraria dependiente de la organización benéfica Hogar de Cristo, donde fueron velados, hasta el cementerio Parque del Recuerdo Cordillera, en la comuna santiaguina Puente Alto. Dentro del coche fúnebre sólo acompañaba el cuerpo de Schaefer su hija adoptiva, Rebeca, quien mantuvo un estricto silencio frente a la prensa y había pedido que el sepelio se realizara en una ceremonia privada.

Paul Schaefer, antiguo suboficial nazi, murió el sábado a los 88 años de un paro cardiorrespiratorio en el Hospital Penitenciario de la capital chilena. Había sido condenado por abusos sexuales a decenas de niños y por esconder arsenales de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90).

Durante tres décadas fue el líder de la llamada Colonia Dignidad, un enclave de 17.000 hectáreas ubicado a 343 kilómetros al sur de Santiago. Allí fueron violados permanentemente los derechos de los más de 300 colonos que habitaban el lugar, que también operó como centro de torturas durante la dictadura.

Investigaciones judiciales de los últimos veinte años revelaron que en Colonia Dignidad los niños eran sometidos a abusos sexuales y separados de sus padres por los líderes del enclave. Tras años prófugo, Schaefer fue capturado en la Argentina el 10 de marzo de 2005 y estuvo recluido en Chile desde 2006 hasta anteayer, día de su fallecimiento.

El sitio del sepelio de sus restos fue un misterio durante varias horas, luego de que los habitantes de Villa Baviera rechazaran la posibilidad de que fueran depositados allí, pese a que Schaefer había manifestado su voluntad de que así fuera.

Martín Matthusen, portavoz de Villa Baviera, aclaró que “la gran mayoría” de sus habitantes no querían ser relacionados con Schaefer, quien cumplía más de veinte años de sentencia por homicidio, infracción a la Ley de Armas, tortura y abuso sexual de menores.

Schaefer “no va a ser enterrado en este territorio, definitivamente no; Villa Baviera ha tomado un rumbo diferente desde el 2000 y ya no tenemos nada que ver con el señor Schaefer o con lo que él hizo”, dijo Matthusen. En una asamblea general realizada el sábado, los colonos accedieron a que los miembros más antiguos de la comunidad contribuyeran con dinero para los gastos del funeral.

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