Domingo, 26 de septiembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › CHAVEZ SE COLOCO COMO PROTAGONISTA DE LAS LEGISLATIVAS DE HOY EN VENEZUELA
El gobierno bolivariano considera el voto de hoy como una antesala de las presidenciales de 2012 y una manera de medir a la oposición. Una recorrida por un bastión oficialista permite ver cómo se construyó su base electoral.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
“Cuando hablamos de libertad y derechos nos referimos a seres humanos, es decir, a personas de carne y hueso, y no a construcciones políticas y legales como empresas, Estados o capitales financieros.”
Noam Chomsky
Casitas con ladrillos a la vista, murales con la cara de Hugo Chávez, ropa colgada desde los pequeños balcones, un sol que pega sobre los techos de chapa, un cielo recortado por los monoblocks. Las personas van y vienen con ese aire tranquilo de sábado. No se ven indigentes, ni gente viviendo en la calle. En el barrio popular 23 de Enero viven unas 500 mil personas y es señalado como un referente en organización comunal. Hasta aquí llegaron las misiones sociales impulsadas por el chavismo que mejoraron la salud y la educación. Aquí una mayoría de los habitantes votará por el oficialismo en las elecciones legislativas de hoy, en las que medirán fuerzas con la heterogénea alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática, una oposición que boicoteó las últimas legislativas al no presentarse.
En la plaza Marulanda (lleva el nombre del líder de las FARC, la guerrilla colombiana) un señor lee el diario Correo del Orinoco, un periódico oficialista. “La mejor prensa”, dice Julio Ruiz, oficinista, con una sonrisa pícara. “Los chavistas somos mayoría acá”, Julio señala los edificios de cemento que fueron construidos en tiempos del dictador Pérez Giménez en los años ’50. Explica por qué apoya el socialismo del siglo XXI. “Vivimos mejor. Los vecinos que no tienen cobertura de salud se pueden atender gratis. Han metido Barrio Adentro.”
Barrio Adentro se llama el programa que lleva módulos de atención médica cubana a los espacios más recónditos del país. Este barrio cuenta con 39 puestos de salud y con tres CDI, centros de diagnóstico integral. A esto se suman las misiones Robinson, Rivas y Sucre que cubren los niveles inicial, bachiller y terciario de la educación. Los resultados son innegables: en octubre de 2005 la Unesco nombró a Venezuela territorio libre de analfabetismo.
“Quiero que sigan adelante todas estas misiones que ayudan a los pobres. Yo me beneficié con este gobierno. Me adjudicaron un departamento, me voy a atender a Barrio Adentro. Tengo 64 años, estoy esperando la jubilación”, dice María Herrera cuando se le pregunta por quién va a votar este domingo.
El concepto de socialismo del siglo XXI es una de las fases de la revolución bolivariana de mayor aceptación entre los seguidores del proceso de cambio. Fue en mayo de 2005, cuando Hugo Chávez anunció que se dirigía hacia la construcción de un socialismo. “Que el poder se redistribuya, que haya menos distancia entre los ricos y los pobres”, afirman los militantes de remera roja como Juan Contreras, que forma parte de la Coordinadora Simón Bolívar. Contreras cuenta que hay tres radios comunitarias y que funcionan dos fábricas socialistas: una bloquera (de cemento) y una empaquetadora de azúcar.
La Asamblea Nacional, hasta ahora monolítica, aprobó más de 150 leyes en este período que apuntaban a la profundización del modelo. Las normas incluyeron las correspondientes a la nacionalización de todos los proyectos petroleros en el país y el aumento del aporte fiscal de la industria al Estado. Además, se restringió la autonomía del Banco Central y se cambiaron las reglas para la regulación del sistema financiero, la actividad aseguradora, las tierras, el desarrollo agrícola, las actividades petroquímicas y la educación, entre otras. También se reformuló la regulación del poder regional, restando presupuesto y competencias a gobernaciones y alcaldías para traspasarlo a organizaciones comunitarias supervisadas por la presidencia. La oposición propone un modelo que apunte a una descentralización y advierte que el proceso actual va camino al comunismo cubano.
Parado a metros de la plaza, un joven con aspecto de rappero, “salsero” corrige, de nombre Rafael Castro, es técnico en informática y dice que vive en el barrio desde que nació. Se le pregunta si es difícil llegar a fin de mes por la inflación. “Los precios están elevados pero en Pedeval se consiguen productos más baratos.”
Pedeval y Mercal son dos mercados que venden productos básicos a un precio mucho más económico porque los subsidia el Estado. Esta cronista fue a un mercado chino y a un Pedeval y comparó. Por ejemplo, un kilo de leche en polvo cuesta 7,89 bolívares y su precio normal es de 18 bolívares (4,3 bolívares = un dólar, haga la cuenta). Un kilo de carne cuesta 10,56 bolívares en Pedeval y unos 40 en el súper.
La pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos se expresa en la alta inflación que acumula una tasa del 19,9 por ciento en los primeros ocho meses de este año. A esto se le suman los cortes de suministro de luz y agua que padeció la población a principios de año, según el gobierno, debido a la grave sequía, y para la oposición evidencia la ineficiencia de las instituciones gubernamentales.
Manuel Romero, que distribuye lácteos en el barrio, se queja de que haya poco alumbrado público y que eso derive en robos. “Las personas tienen que pasar sí o sí por la oscuridad y los chorros se aprovechan.” Romero, que ya con 39 años es abuelo, reclama que se mejoren las canchas deportivas. Eso sí, pide que quede claro que está con la revolución. “Vamos por el futuro. Tengo un nieto de 2 años”.
Carmen Roldón, ama de casa que sale de hacer las compras, dice que le da miedo la violencia en las calles. “Vivo hace 17 años acá. No se me da por salir de noche.” Una señora tras las rejas de su ventana, de nombre Luisa López, se queja también del aumento de la violencia y dice que no va a votar por Chávez.
La oposición hizo del tema de la inseguridad una de sus banderas de campaña, especialmente tras la publicación en agosto de un informe oficial que sitúa la tasa de homicidios en 75 por cada 100 mil habitantes.
El partido de Chávez lleva una ligera ventaja en las elecciones de hoy, pero los resultados dependerán de los votantes indecisos que representan un 37 por ciento según el último sondeo de Datanálisis. El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, que cuenta con el 52 por ciento de las preferencias frente al 48 por ciento de la oposición, reunida en una treintena de partidos que van desde la socialdemocracia hasta el golpismo inconfeso, consiguió, no sin dificultades y a fuerza de decir que no los une la ideología, construir una única lista de candidatos (ver aparte).
Sin embargo, las cifras no son reveladoras. El gobierno distribuyó los distritos electorales en 8 de los 24 estados del país, seis de los cuales con gobernadores de la oposición, y se calcula que para que ésta obtuviera un escaño más que el oficialismo debería acumular al menos un 56 por ciento de los sufragios.
El socialismo del siglo XXI no corre peligro, pero su comodidad para tomar decisiones podría estar menos garantizada. La Asamblea General cuenta con 165 miembros: todos los analistas coinciden en que la cifra de 110 diputados es la clave de estos comicios, ya que constituye los dos tercios del Parlamento. La oposición apuesta a quedarse con entre 60 y 67 escaños. Pero también existe otro dato: la alta abstención que suele darse en las elecciones legislativas, que despiertan menos entusiasmo que unos comicios presidenciales.
No es casual que la figura del presidente Chávez haya centrado la campaña oficialista. El mandatario enfatizó que la batalla electoral de hoy es la antesala de las presidenciales de 2012. El líder bolivariano, que la oposición tilda de antidemocrático, se presentó ante el electorado una quincena de veces y sólo en el referéndum de 2007 sobre la reforma constitucional no ganó. Y esto se puede deber a que el número de pobres bajó del 46 por ciento a menos de la mitad y el de indigencia se redujo al 6 por ciento en 11 años de chavismo. El director de Datanálisis, Luis Vicente León, explica los factores que dan cuenta de la popularidad de Chávez: “Su vínculo emocional con la clase desposeída y un discurso de inclusión a las personas que han sido marginadas, además de que ha realizado un altísimo gasto social.”
El socialismo del siglo XXI apunta a la redistribución. De eso hablan en el barrio 23 de Enero.
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