Martes, 26 de octubre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › LA CANDIDATA OFICIALISTA DE BRASIL AGREGó ASUNTOS ECOLóGICOS Y EXCLUYó EL ABORTO
Entre los planes están fortalecer la democracia política y económica con garantía irrestricta de la libertad de prensa, de expresión y libertad religiosa; la expansión del empleo y de la renta y la defensa del medio ambiente.
La oficialista Dilma Rousseff presentó ayer su programa de gobierno. Entre los trece puntos del plan formulado por la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), se mantienen los que llevó a la primera vuelta y agregó otros sobre el medio ambiente, para capturar al electorado que semanas atrás votó a Marina Silva. Rousseff borró asuntos polémicos como el aborto. La última encuesta publicada muestra que Rousseff le saca catorce puntos al opositor José Serra, con quien se medirá el domingo en la segunda vuelta para la presidencia de Brasil.
Rousseff apuesta a que el trece no sea el número de la mala suerte. Trece son los puntos de gobierno que presentó ayer en San Pablo y trece es el número que tiene impresa la boleta que puede llevarla al Palacio del Planalto. “Es una síntesis de lo que pretendemos para Brasil”, dijo ayer la candidata oficialista. La economista también remarcó que los puntos no reflejan una discusión sobre la política económica del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, ni sobre lo propuesto por Silva, la candidata del Partido Verde que salió tercera en la primera vuelta.
Entre los planes de Rousseff están fortalecer la democracia política y económica con garantía irrestricta de la libertad de prensa, de expresión y libertad religiosa; la expansión del empleo y de la renta, y la defensa del medio ambiente. También, la política petista proyecta erradicar la pobreza absoluta, dar atención especial a los trabajadores, estimular la educación, proveer vivienda digna a los brasileños y transformar a Brasil en potencia tecnológica. En materia diplomática, Dilma pondrá énfasis en los procesos de integración sudamericana y latinoamericana, en la cooperación Sur-Sur y en el trabajo con países en vías de desarrollo.
En tanto, Serra aprovechó su espacio televisivo para hacer frente a las acusaciones del gobierno. El PT y sus aliados insisten en que, si resultara ganador en los comicios del domingo, Serra privatizará las reservas de Pre-sal y la estatal Petrobras. El ex gobernador de San Pablo denunció que la administración de Lula privatizó más petróleo que las anteriores gestiones. “Voy a ‘estatizar’ las empresas estatales, que no servirán más a intereses privados de los partidos”, afirmó el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Consultado acerca de los puntos que dio a conocer Rousseff, Serra dijo que se trató de una jugada electoral. “Estamos en una lucha de David contra Goliat y nosotros somos David. Nunca vi una campaña con juego tan sucio”, protestó el opositor. Serra no presentó su plataforma de gobierno y ante la Justicia electoral entregó discursos públicos. Pero, según el referente del PSDB, dijo que su programa es participativo y está subido a su página web. “Mis ideas están en Internet, a través del debate. Lo que yo envié para la Justicia electoral son discursos de alta densidad”, declaró.
Aunque las encuestas siguen marcando que la probable vencedora sea Rousseff. La consultora Vox Populi publicó un sondeo que muestra que la candidata de Lula tiene el 57 por ciento de intención de voto frente al 43 por ciento del derechista Serra. La ex jefa de Gabinete de Lula tiene mayor ventaja en el nordeste de Brasil, la región menos desarrollada del país y la que más inversión de infraestructura recibe. En el sudeste, que reúne a los principales distritos electorales como San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro, la economista le saca cuatro puntos al candidato de la socialdemocracia. Mientras que Serra ganaría en el sur (Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná) por 47 a 39 por ciento de la intención de voto. La muestra también hizo un corte en la encuesta por religión. Entre los católicos, Rousseff ganaría con el 51 contra el 39 por ciento y entre los evangelistas se impondría con 44 a 41 por ciento.
En este marco prestó declaración Erenice Guerra, la ex ministra de la presidencia de Lula. Guerra, la funcionaria más leal a Rousseff, fue acusada de tráfico de influencias, lo que forzó el 16 de septiembre último su salida del Gabinete nacional. Según algunos analistas, el escándalo de corrupción en el que se involucró a Guerra fue el que minó las esperanzas de Rousseff de consagrarse presidenta en la primera vuelta del 3 de octubre. Para ese entonces, la mayoría de las encuestas daban que la candidata petista superaba el 50 por ciento de la intención de voto. El abogado Mário Oliveira Filho dijo que la ex ministra estuvo cerca de cuatro horas respondiendo a las preguntas de la policía federal. “Negó una a una cada acusación”, afirmó el patrocinante de Guerra, que no quiso conversar con la prensa. La ex jefa de Gabinete anunció su decisión de renunciar a su secreto telefónico, bancario y fiscal para permitir que avance la investigación que involucra a su entorno en casos de coimas.
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