Viernes, 11 de marzo de 2011 | Hoy
EL MUNDO › WASHINGTON MANTENDRA CONTACTOS CON LA INSURGENCIA DE ESE PAIS
Estados Unidos volvió a mandarle otro mensaje de repudio al líder libio Muammar Khadafi. Como señal de que su poder ya no es legítimo en el país norafricano, la Casa Blanca decidió suspender las relaciones con la embajada libia en Washington y le encargó a la secretaria del Departamento de Estado que se reúna con la oposición al régimen que hace 42 años se perpetúa en el poder.
Hace ya una semana que Barack Obama le pidió a Khadafi que vaya preparando las valijas. “Está en el lado equivocado de la historia”, había dicho el mandatario estadounidense y había llamado al “guía de la revolución” a dejar el poder y marcharse ya. Pero Khadafi presentó batalla. Así que era sólo una cuestión de tiempo hasta que Estados Unidos rompiera los lazos formales con el gobierno del Coronel. El anuncio lo hizo Hillary Clinton, la jefa de la diplomacia estadounidense. “Estamos suspendiendo nuestras relaciones con la embajada libia actual”, dijo la ex primera dama en el Congreso norteamericano. En concreto, la decisión de la Casa Blanca implica el cierre de la embajada libia en territorio estadounidense, pero no supone la suspensión de relaciones diplomáticas. “No aceptaremos a enviados del régimen de Khadafi representándole en Washington”, precisó Clinton.
La situación en la delegación de Libia era insostenible desde que el embajador Ali Aujali renegara del régimen de Khadafi. Después de esa rebeldía, las autoridades libias notificaron a través de un fax al Departamento de Estado que el diplomático ya no representaba sus intereses. Pero Washington no lo consideró válido porque no pudo chequear su veracidad.
El cierre de la embajada se suma a otras medidas que ya había tomado la administración Obama por su cuenta para estrechar el cerco en torno de Khadafi, sus familiares y sus seguidores, así como las que ha tomado junto con la comunidad internacional en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). “Todo esto está creando una presión importante”, destacó Clinton. La jefa del Departamento de Estado explicó que la Casa Blanca está dando estos pasos mientras espera comprobar si existe la voluntad de la comunidad internacional para autorizar más medidas. “Si Estados Unidos actuara sólo, significaría meternos en una situación en la que las consecuencias son impredecibles”, dijo Clinton.
Funcionarios estadounidenses se reunieron recientemente en El Cairo y en Roma con miembros del opositor Consejo Nacional Libio de Transición (CNLT). Por su parte, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tom Donilon, adelantó que el gobierno de Obama está preparado para enviar funcionarios a negociar con los rebeldes a Benghazi. En coincidencia, Hillary Clinton anunció que viajará del 15 al 17 de marzo a Egipto y Túnez. Desde los países que iniciaron la revolución que está sacudiendo al mundo árabe, la secretaria del Departamento de Estado se entrevistará con emisarios del CNLT. “Estamos contactando a la oposición dentro y fuera de Libia. Me reuniré con algunas de estas personas en Estados Unidos y cuando viaje la semana próxima para discutir qué más podemos hacer”, explicó la funcionaria, que ayer se reunió con el embajador libio.
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