EL MUNDO › EL CORONEL LIBIO CALIFICó DE IRRACIONAL EL ACCIONAR DE LA OTAN Y LOS REBELDES

Cameron y Sarkozy en vuelo a Trípoli

La visita de los jefes de Estado británico y francés será la primera de líderes extranjeros desde que el régimen de Khadafi se replegó hacia las ciudades de Sirte, Bani Walid y Sebha. Vence el ultimátum de los insurgentes.

Ante un inminente ataque a uno de los bastiones que le quedan al régimen de Khadafi, miles de habitantes huyeron ayer de la ciudad de Bani Walid. Por su parte, el coronel calificó de irracional el accionar de la OTAN y los rebeldes liderados por el Consejo Nacional de Transición (CNT) en su ciudad natal de Sirte. En tanto, y mientras las diferencias dentro del CNT comienzan a hacerse más visibles, se espera que los primeros ministros de Francia e Inglaterra aterricen hoy en Trípoli para reunirse con ellos.

La visita de Nicolas Sarkozy y David Cameron será la primera de líderes extranjeros desde que el régimen de Khadafi se replegó hacia Sirte, Bani Walid y Sebha. Sarkozy y Cameron visitarán un hospital de la capital libia y se reunirán con el titular del CNT, Mustafá Abdul Jalil, y Mahmud Jibril. Con el filósofo parisino que alentó las revueltas y aconsejó al gobierno francés que reconozca al CNT, Bernard Henri-Levi, la comitiva partirá luego hacia Benghazi. La visita ocurre en vísperas del fin del ultimátum lanzado por los rebeldes para que los habitantes del bastión pro Khadafi de Bani Walid abandonen la ciudad antes de que sea asediada.

El ultimátum fue emitido en la radio local, que aseguró que los rebeldes ya controlan algunas áreas del norte de la ciudad semidesierta. El CNT estima que entre 700 y 1000 combatientes pro Khadafi están atrincherados en esa urbe, a 150 kilómetros al sudeste de Trípoli. Los rebeldes acusaron a los khadafistas de utilizar a civiles como escudos humanos para evitar una ofensiva a gran escala.

Las negociaciones entre los rebeldes y los jefes tribales de la ciudad para tomar el feudo sin necesidad de combates se estancaron la semana pasada. Bani Walid es el bastión de los Warfalla, una de las tribus más grandes del país. Las fuerzas insurgentes transportaron tanques a la ciudad de Misrata, donde se prepara la ofensiva que consideran final sobre las tropas que respaldan a Khadafi en las ciudades de Bani Walid y Sirte.

Sin embargo, comenzaron a surgir diferencias en el seno de los insurgentes, acusaciones e incluso enfrentamientos. Hasta ahora, ocurrieron incidentes aislados, como escaramuzas dentro de las filas de los rebeldes en la frontera con Túnez.

En los últimos días estuvo en la mira uno de los jefes del CNT instituido por la oposición, Mahmud Jibril. De hecho, el jeque Ali Sallabi, uno de los líderes islámicos libios, acusó al número dos del CNT de intentar dar a los suyos los medios necesarios para sentar las bases de un Estado totalitario. Sus palabras reactivaron las tensiones entre la parte laica y la religiosa que existe entre los opositores. En tanto, hace unos días, durante su primera conferencia de prensa en Trípoli, Jibril había invitado a las fuerzas opositoras a Khadafi a mantenerse unidas y evitar divisiones en juegos políticos. Esas declaraciones se produjeron poco después de que Sallabi, invitara al gobierno a que dimitiera en tanto y en cuanto estaba compuesto por exponentes del viejo régimen.

A esas diferencias se agregan las tribales, ya que el retraso en el ataque a Bani Walid se debe a la voluntad de evitar incidentes con la poderosa tribu de los Warfalla. Además, también ya aparecieron otros tipos de disputas, como por ejemplo la de muchos habitantes de Misrata, que acusaron al gobierno de favorecer a otras ciudades en la distribución de ayudas.

Si se agrega que el coronel libio formuló incendiarias declaraciones desde la clandestinidad, se infiere que los rebeldes aún no han ganado la guerra. “Si Sirte está aislada del mundo es porque esas atrocidades se pueden cometer en su contra, el mundo tiene la obligación de no dejarla aislada.” Deben asumir su responsabilidad internacional e intervenir inmediatamente para detener ese crimen”, acusó Khadafi. También hubo lugar para su portavoz Musa Ibrahim, quien confirmó que su líder goza de buena salud. “Khadafi está en Libia. La lucha está mucho más lejos de terminar. Todavía somos poderosos y tenemos miles de voluntarios”, amenazó.

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Miles de habitantes huyen de la ciudad de Bani Walid, uno de los tres bastiones de Khadafi.
Imagen: AFP
 
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