Los actos por el aniversario del histórico rescate de los 33 mineros en una mina subterránea del desierto chileno estuvieron marcados por la ausencia de varios de los trabajadores y del propio presidente Sebastián Piñera, asediado por protestas en todo el país. “Llegué, lloré y me emocioné”, dijo María Segovia, hermana de uno de los rescatados y líder de los familiares de los obreros atrapados 700 metros bajo tierra, al llegar a la boca de la cuprífera San José. La jornada incluyó actos religiosos y reunió a 20 de los 33 mineros, con un país más preocupado por la crisis estudiantil y con el claro descenso en las encuestas de Piñera. Edison Peña, invitado a Estados Unidos, Grecia, España e Inglaterra tras su rescate, se ausentó de la conmemoración. El minero está internado por un cuadro de alcoholismo en un centro de rehabilitación. El minero boliviano Carlos Mamani, único extranjero del grupo, vivió la jornada preso por golpear el martes a su pareja, lo que ayer derivó en un juicio en su contra. Yonni Barrios, minero al que esperaban dos mujeres en la superficie antes del rescate, padece silicosis, enfermedad que afecta a quienes trabajan en yacimientos y que complica su capacidad respiratoria. En este contexto, el presidente chileno optó por quedarse en Santiago, donde encabezó la creación del nuevo Ministerio de Desarrollo Social. “Con voluntad, con fe, con unidad somos capaces de enfrentar todo”, sostuvo Piñera en La Moneda, a 400 kilómetros al sur de los actos por el primer aniversario del rescate.