Sábado, 15 de octubre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › A DOS DíAS DE LAS ELECCIONES JUDICIALES, GOLPEAN LAS PUERTAS DE LA CAPITAL BOLIVIANA
Tras haber recorrido más de 500 kilómetros, los marchistas descansaban ayer en el pequeño poblado de Yolosa, a 90 kilómetros de la capital y a 1300 metros sobre el nivel del mar. Evo Morales defendió el modelo extractivo.
Los indígenas que protestan contra la construcción de una carretera en el Tipnis se acercan a La Paz, a dos días de celebrarse las elecciones del Poder Judicial en Bolivia. Tras haber recorrido más de 500 kilómetros, los marchistas descansaban ayer en el pequeño poblado de Yolosa, a 90 km de la capital y a 1300 metros sobre el nivel del mar. “Vamos a llegar a La Paz y pedir dialogar con el presidente, porque la demanda de la carretera es una de nuestro pliego de 16 puntos”, afirmó Fernando Vargas, uno de los principales líderes. “No nos iremos con las manos vacías”, dice otro marchista en medio del frío y la altura. “Sabemos lo que es el sufrimiento”, señala para mostrar que no tiene temor por el viaje a las alturas. Una pequeña mochila con una muda de ropa es todo su equipaje.
Más de 1000 indígenas amazónicos emprendieron el 15 de agosto una marcha para pedirle al gobierno que cancele un proyecto de carretera que atraviesa la reserva natural e indígena conocida como Tipnis.
A medio camino, hace dos semanas, fueron reprimidos por la policía, que pretendió dispersarlos. Esta acción generó una mayor solidaridad hacia los marchistas y una censura ciudadana y política hacia el gobierno que derivó en la renuncia de dos ministros.
“No vamos a dejar que entren al parque. Nos tendrán que matar”, dice decidido un anciano. Isora Suárez, una indígena sirionó de 48 años, marcha con el brazo enyesado. Según dice, un policía le provocó una fractura durante la violenta intervención a la marcha.
Los aborígenes reclaman acelerar un proceso de titulación de tierras indígenas, que se les consulte en los temas legales de su interés y que se suspenda la prospección petrolera en la zona del Aguarague, al sur del país, entre los asuntos más importantes. “Todos tienen derecho a las reivindicaciones, pero cuando me piden paralización total del trabajo de hidrocarburos en la zona del Chaco tarijeño (Aguarague) significa que el pueblo boliviano se quede sin impuesto a los hidrocarburos (IDH)”, acotó Morales. El gobierno intentó desarticular la marcha el pasado 25 de septiembre, enviando a la policía, que reprimió con dureza, lo que generó críticas de varios sectores. “La situación social se puede convulsionar con la llegada a La Paz de los marchistas, porque van a ser recibidos como héroes y todavía hay que ver el gobierno cómo los trata, cómo dialoga con ellos”, afirmó el sociólogo y profesor universitario, Carlos Cordero.
Los manifestantes esperan llegar a la sede de gobierno entre el lunes y el miércoles próximos, pero aún deben ascender por un camino hasta unos 4600 metros sobre el nivel del mar, para sortear la cordillera oriental de los Andes, el trecho más complicado. Cordero consideró que es probable que el gobierno, que intentó en más de seis ocasiones dialogar infructuosamente con los nativos, no quiera atender su principal reclamo, porque hay mucha tozudez en la construcción de la carretera a través del Tipnis, según consideró. La marcha de los nativos opacó el proceso electoral para elegir a nuevas autoridades del Poder Judicial, en que los candidatos, preseleccionados por el Congreso de mayoría oficialista, están impedidos de hacer campaña y los medios tampoco pueden entrevistarlos.
La oposición de derecha, centro y centroizquierda considera que nombrar a las principales autoridades judiciales por voto popular permitirá al gobierno controlar a la Justicia, y por ello han convocado a la población a votar por anular el voto este domingo. En esa jornada se elegirán 56 ministros del Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Agroambiental y el Consejo de la Magistratura (disciplinaria) sobre 122 candidatos. A la oposición le preocupa que muchos de los candidatos tengan evidentes lazos con el gobierno, como funcionarios públicos o como asesores de sindicatos campesinos leales al presidente Morales. “Con estas elecciones se acabó el prorrateo de los partidos neoliberales que se distribuían la Justicia, ahora el pueblo va a elegir”, dijo recientemente el vicepresidente Alvaro García, respondiendo a las críticas. “Los jueces que sean elegidos el domingo no le van a rendir pleitesía a los partidos políticos y tendrían como único patrón al pueblo, y a los votantes”, afirmó.
El principal dirigente del Movimiento sin Tierra, Vladimir Machicando, pidió a la gente que acuda a las urnas, que no deje la papeleta en blanco, que tache las casillas y marque Tipnis.
Por ese parque atraviesa el camino que el presidente dijo que se construiría sí o sí, y se convirtió en principal motivo de crítica al gobierno. El jueves, durante una concentración de mineros a la que Morales les pidió que acudan a votar para consolidar el proceso, el principal dirigente de los trabajadores le pidió que deje de lado la soberbia y acuda a dialogar con los indígenas.
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