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Desde Madrid

Es la víspera de las elecciones y en la Puerta del Sol los indignados del 15-M se rebelan de la jornada de “reflexión” que establecieron las autoridades y los políticos. Juan García, que oficia de volantero, se muestra indiferente a la llovizna que se mezcla con el frío. No hay llamados a votar por alguien en particular: la convocatoria es debatir, como lo hace cada asamblea en su pueblo. Debatir que se acabe el bipartidismo cambiando la Ley electoral. Debatir qué pasará con los excluidos y qué hará el movimiento si, como son concluyentes los sondeos, gana hoy el candidato Mariano Rajoy del conservador Partido Popular. En este punto neurálgico de la ciudad se da como un hecho que una mayoría de españoles votará con el bolsillo y castigará al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, por ende, al candidato del Partido Socialista Obrero Español, Alfredo Pérez Rubalcaba.

“El problema es el sistema, rebélate”, versa el cartel debajo del monumento a Carlos III. El sistema colapsa en España, a la luz de las preocupantes cifras como el 21 por ciento de desocupación y un PBI estancado. Un grupo de veteranos, que no son veteranos de guerra sino “pensionistas”, se unió al 15-M y creó la Asamblea Popular de Alcorcón. Angel Córdoba dice que desde el 15 de mayo se ilusionó con colaborar. “Como ciudadano me atrajo de inmediato la actitud de estos jóvenes. Nosotros podemos aportar la experiencia de haber vivido tiempos duros, de dictadura.” Angel cree que el movimiento va a crecer a contramano de lo que dicen algunos medios masivos. “Hay medios de comunicación que nos quieren desprestigiar y ridiculizar definiéndonos como ‘perros flautas’ (trovadores) o ‘piraos’. Y a los jóvenes los apodan los ‘nini’, que ni estudian, ni trabajan”.

Desde Alcalá de Henares llegó a esta plaza el también jubilado Enrique Ibáñez para señalar que en España no hay igualdad de oportunidades. “Las injusticias nos marcan. Ya es hora de que nos devuelvan los derechos de igualdad, que dejemos de heredar ladronzuelos, que las ganancias dejen de ser para los trepas”, dice este hombre que en sus años mozos trabajó en educación. A su lado, Juan Martínez da su punto de vista sobre si llega el PP al gobierno. “Ya tenemos una entradilla con la salida del PSOE del gobierno. El partido socialista deja una receta clarísima y entra una extrema derecha, hijos de franquistas que van a aplicar tres tasas más de lo mismo. Si no aplican las políticas de ajuste, Bruselas va a amenazar con poner otro gobierno como han hecho en Italia, en Grecia, como lo pueden hacer en España. Los del PP van a poner en marcha políticas neoliberales.”

Sin embargo, Rajoy evitó durante la campaña avanzar con propuestas que pudieran alarmar a más de uno. Casi no habló con la prensa e insistió en que su prioridad será mantener las pensiones, para alivio de los veteranos del 15-M. Eso sí, dijo que “habrá que recortar en donde se pueda”. Las últimas encuestas son contundentes: el presidente del PP ganaría con cerca del 45 por ciento frente al 30 por ciento de Rubalcaba y un 9 por ciento de Cayo Lara, de Izquierda Unida (IU), y obtendría una mayoría absoluta. En las últimas y ajetreadas horas de campaña, el candidato del PSOE salió a la conquista de los indecisos para reducir el máximo posible la brecha con los populares.

El chico de los volantes, Juan García, les pide a los transeúntes que reflexionen sobre España y sus cinco millones de parados (desocupados). “Seguro que son más, porque hay muchos como yo trabajando en negro, que doy clases de idioma en casas de amigos. Están también los vendedores ambulantes, muchos africanos que venden adornos y música a los que corre la policía.”

Los inmigrantes de Lavapiés

Al llegar al barrio Lavapiés por la calle que lleva el mismo nombre, se pueden ver restaurantes de comida turca, india, marroquí, china. Algunos locales sólo llevan letreros escritos en chino o árabe. Los inmigrantes no son materia de discusión en estas elecciones. Y eso que suelen ser carne de cañón de los más ultras de derecha en momentos de penurias económicas. Según datos que arroja el Centro de Investigación Sociológica (CIS), la inmigración sólo preocupa al 1,2 por ciento de los españoles encuestados. Pero a los extranjeros que viven en Lavapiés les preocupa la crisis. Sentado en un banco de plaza, Hassan Tuzzani, marroquí, 59 años, dice que lleva cinco años sin un trabajo estable, de los 24 de los que vive en España. “La crisis nos tiene mal. Me acuerdo de que en el ’94 también teníamos crisis. En esa época no había ayuda del gobierno: tenías paro, a la calle. Ahora recibes subsidio.”

–¿Cree que Rajoy va a cambiar sus situación?

–Van a castigarnos con más preguntas, más policías. Será más difícil para nosotros, para los que no tienen nacionalidad. Dice algo así como limpiar las calles de inmigrantes.

Tuzzani quizá se refiera a una frase de Rajoy de 2008, que intentó en esta campaña dejar oculta en el pasado: “Aquí no cabemos todos.” Madrid es, detrás de Cataluña, la comunidad autónoma que alberga a más extranjeros con poco más de 494 mil residentes. El número de extranjeros en toda España es de 5,14 millones. En Lavapiés hay mayoría de rumanos y marroquíes. “La primera ley que va a sacar Rajoy será contra los marroquíes”, dice de paseo sabatino Abdessalam el Imrani. Tiene 38 años y recibe una pensión por enfermedad. No tiene empleo. “Voy y vengo de mi país. Pero no de vacaciones. No tengo dinero. Lavapiés es el barrio de los pobres.”

Los inmigrantes hoy no votan, tal parece ser la razón por las que sus condiciones de vida no formaron parte del debate para estas elecciones presidenciales.

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