Viernes, 2 de diciembre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › FUERTE ADHESIóN EN LA SéPTIMA HUELGA GENERAL DEL AñO, PRIMERA AL NUEVO GOBIERNO
Las dos principales centrales de sindicatos protestaron por la reducción de salarios y pensiones, los despidos masivos de funcionarios a través de su pase a la reserva y el aumento de los impuestos indirectos. Alto acatamiento.
El gobierno de unidad liderado por Lucas Papademos afrontó ayer su primera huelga general, la séptima en Grecia en lo que va del año en protesta por las políticas de austeridad. Los principales sindicatos griegos –la Confederación General de Trabajadores (GSEE), presente en el sector privado, y la Confederación de Asociaciones de Funcionarios (Adedy)–, que en total representan a unos dos millones de afiliados, protestaron por la reducción de salarios y pensiones, los despidos masivos de funcionarios a través de su pase a la reserva y el aumento de los impuestos indirectos y del paro. Las dos centrales mayoritarias convocaron a una manifestación común en Atenas, a las 11.00 hora local, delante de la sede de la GSEE, mientras que otros sindicatos se unieron a la manifestación desde distintos puntos para confluir frente al Parlamento. Producto de la huelga dejaron de funcionar ayer todos los servicios de la administración pública y municipal, incluidas las empresas públicas de electricidad y comunicaciones, mientras que los hospitales trabajaron solo en casos de urgencia. Las escuelas y universidades, así como los tribunales, también se unieron al paro de 24 horas.
El portavoz de GSEE, Stathis Anestis, dijo que la participación en la huelga fue de más del 90% en la construcción, la industria del acero, los puertos, la marina mercante, los astilleros, las refinerías, correos y las compañías estatales de telecomunicaciones y gestión de aguas, mientras que una fuente de Adedy explicó que el seguimiento entre los funcionarios fue grande, aunque no precisó cifras. Las escuelas y universidades, así como los tribunales, también estaban llamados a la huelga de 24 horas, pero su participación fue desigual. Los ferrocarriles y el transporte marítimo pararon durante todo el día, mientras que los sindicatos del transporte urbano (metro, tranvía, autobuses y trolebuses) convocaron paros al inicio y al final de la jornada. Ningún vuelo se vio afectado por el paro, ya que el sindicato principal de controladores aéreos y los trabajadores de las aerolíneas decidieron no sumarse a la huelga. Bajo una pancarta con el lema “¡Que paguen los culpables (de la crisis) y los evasores fiscales! ¡No noso-tros!”, miles de manifestantes recorrieron el centro de Atenas hasta concurrir frente al Parlamento griego. La policía aseguró que unas 12.000 personas participaron en la marcha y que la mayoría lo hicieron dentro del cortejo del sindicato comunista PAME, mientras que los medios griegos elevan la participación hasta entre 17.000 y 20.000 personas.
“El gobierno cambió pero las políticas siguen siendo las mismas: injustas, inmerecidas e ine-ficientes, y cargan todo el peso en los empleados, los pensionistas y los parados”, criticó Yanis Panagopulos, presidente de GSEE. “Es inaceptable que los ricos se estén haciendo más ricos y los pobres, más pobres”, añadió y prometió continuar la lucha.
El secretario ejecutivo de PAME, Alekos Arvanitidis, dijo que la huelga de ayer fue una movilización exitosa y que la atmósfera de pasión se contagió a todo el país, aunque acusó a GSEE y Adedy de dar pasos atrás, favoreciendo los planes del gobierno en su política de recortes. “Los trabajadores tomaron las calles para darle una respuesta a un gobierno que quiere más recortes, nuevos salarios, que anuló convenios laborales colectivos y quiere cerrar nuestros negocios”, afirmó un dirigente sindical, Christos Kiosis.
Hasta las 15.30 hora local, no hubo disturbios en las diversas manifestaciones que recorren las principales ciudades del país, a excepción del ocurrido en la sede del Partido Socialista Panhelénico (Pasok) en Atenas, al que un grupo presuntamente anarquista lanzó un cóctel molotov.
Los periodistas, que ya hicieron una huelga de 24 horas el pasado martes, llevaron a cabo un paro de cuatro horas.
En el resto de las grandes ciudades del país también se produjeron manifestaciones de protesta. Esta huelga general coincidió con un consejo de ministros en el que se decidió sobre un nuevo proyecto de ley en el marco de las medidas de austeridad exigidas por el acuerdo con Bruselas del 26 y 27 de octubre. Gracias al acuerdo, la UE decidió otorgar un nuevo préstamo de 130.000 millones de euros a Grecia a cambio de que la banca negocie una quita de aproximadamente el 50% de la deuda helénica que posee y de que el Ejecutivo de Atenas lleve a cabo nuevos recortes. El proyecto de ley, que se presentará con procedimiento de urgencia al Parlamento en los próximos días, incluye diversas medidas, como nuevos despidos de funcionarios, recortes de salarios públicos y pensiones y la liberalización de profesiones reguladas por cotas, como la de los taxistas. Después de que el gobierno y los principales partidos griegos se comprometieran a cumplir el acuerdo de octubre, el Eurogrupo decidió liberar el sexto tramo –8000 millones de euros– del primer paquete de ayuda, acordado en mayo de 2010.
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