Jueves, 26 de enero de 2012 | Hoy
EL MUNDO › MILES DE PERSONAS MARCHARON Y CANTARON EN EL ANIVERSARIO DE LA PRIMAVERA EGIPCIA
Gritos de “¡Libertad! ¡Libertad!” se escuchaban a través del boulevard, mientras los manifestantes llamaban a los que miraban desde los edificios de departamentos para que se les unieran. Algunos usaban máscaras de mártires.
Por Alastair Beach *
Desde El Cairo
Hace un año hoy, Noha Tarek estaba parada en el mismo barrio, frente a la misma mezquita, bajo el mismo régimen sirviendo al mismo viejo presidente Mubarak. Precisamente 365 días más tarde estaba de vuelta. El presidente había cambiado, pero su sensación de desesperación era la misma. “No siento que sea una celebración”, dijo ayer la estudiante de Ciencias Políticas mientras esperaba en la puerta de la mezquita Mostafa Mahmoud de El Cairo, el punto de comienzo de una de las muchas manifestaciones que se dirigían a la plaza Tahrir, el corazón de la revolución del año pasado.
“No siento ni un poquito de felicidad. Hosni Mubarak era el rostro del régimen. Ahora desafiamos no sólo al rostro sino a todo el sistema. Sus opiniones son compartidas por muchos otros que sienten que el Consejo Militar gobernante –que tomó el poder 16 días después de las primeras olas de protestas el 25 de enero el año pasado– está consolidando las viejas redes .
Cuando los generales gobernantes de Egipto anunciaron por primera vez los planes para la “celebración” de esta semana –una mezcla de pompa y fausto con vuelos militares rasantes y barcos de la marina en el Nilo– hubo rumores entre algunos activistas que se habían apropiado de la revolución. Pero si los generales intentaban tomar el primer aniversario del comienzo de la revolución, sólo debían mirar la cantidad de gente reunida ayer como recordatorio de lo que puede suceder cuando las calles árabes comienzan a hervir. En la capital, miles de personas cantando, agitando banderas, marchando, se extendían por el principal boulevard de dos manos hasta donde daba la vista.
Gritos de “¡Libertad! ¡Libertad!” se escuchaban a través del boulevard alineado con árboles mientras los manifestantes llamaban a los que miraban desde los edificios de departamentos para que se les unieran. En un asombroso recordatorio de las desigualdades económicas que llevaron a la gente a la calle el año pasado, la manifestación siguió su camino frente a tiendas para hombres, un salón de exposición de Peugeot y una sucursal de BNP Paribas, el banco europeo. Algunos activistas usaban máscaras de los mártires egipcios, incluyendo a Khaled Said, el joven cuya muerte a manos de la policía en 2010 lo convirtió en emblema de la violencia del Estado. “Cuando veo los mártires, quiero continuar con la revolución”, dijo Saif el Islam, de 15 años.
El lunes el Parlamento egipcio celebró su sesión inaugural después de las elecciones en la que los Hermanos Musulmanes llegaron al poder y derrotaron en forma aplastante a las fuerzas seculares y liberales que estaban en contra. El grupo fue proscripto por sucesivos presidentes y su aparición a la vanguardia de la política egipcia podría marcar un gran cambio en la diplomacia de Medio Oriente. Pero muchos activistas se preguntan si los generales gobernantes se harán a un costado algún día, señalando las ofensivas contra agencias extranjeras de asistencia y el arresto de manifestantes como evidencia de su determinación por aferrarse al poder.
Atrapado en el tránsito, Galal Mahammad expresó su sentimientos sobre la manifestación de ayer. “Apoyé la revolución del 25 de enero –dijo–, pero ¿quiero que caiga el gobierno militar? No, no quiero.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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