News Corp., de Rupert Murdoch, se enfrenta a nuevas batallas en los Estados Unidos. El abogado británico Mark Lewis, que ayudó a exponer la cultura delictiva dentro del diario News of the World, reveló planes para entablar por lo menos tres demandas por separado en nombre de los clientes que aducen que sus teléfonos fueron intervenidos mientras estaban en suelo estadounidense. En julio de 2011 News of the World dejó de salir tras conocerse las pinchaduras a políticos y famosos.

En una entrevista con un sitio de noticias web estadounidense, Lewis reveló que sus blancos legales estadounidenses incluyen el brazo corporativo del imperio Murdoch con otro juicio que se centra en lo que él afirma eran “las sucias trampas que se pueden haber utilizado en provecho de los objetivos comerciales de News Corporation”. Aunque no se dieron detalles de lo que se afirma serán tres casos de alto perfil, se especula que el ex mayordomo de la princesa Diana, Paul Burrell, el ex capitán de fútbol de Inglaterra David Beckham y un asociado del actor Jude Law pueden haber sido víctimas potenciales hackeadas en Estados Unidos.

Lewis sólo quiso decir que los casos que se presenten “inminentemente” son los relacionados con los de la casa real y la princesa Diana, con otra supuesta víctima conectada con el equipo nacional de fútbol de Inglaterra y el tercero con “un caso de Hollywood en que la supuesta víctima estuvo en contacto con una importante celebridad”. Por lo menos uno de los casos, según Lewis, involucra acusaciones de que se tuvo acceso ilegal al teléfono de uno de los ciudadanos estadounidenses. Resultó claro exponer la mentira detrás de la repetida afirmación por parte de News International, filial de News Corporation, de que la intervención del teléfono en el tabloide se reducía a un “periodista tramposo”. Hace poco, después de que News International evitara la incomodidad de que un caso de alto perfil fuera llevado a la corte, Lewis prometió un combate legal en Estados Unidos”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.