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El ex mandatario y actual presidente del Senado de Brasil, José Sarney, se encontraba “estable” anoche, pero permanecerá al menos hasta hoy en terapia intensiva en el Hospital Sirio-Libanés de San Pablo, donde fue internado de urgencia y sometido a un cateterismo y una angioplastia.

A Sarney, que el 24 de este mes cumplirá 82 años, se le introdujo un catéter en un vaso sanguíneo para llegar al corazón, debido a que se le detectó “una obstrucción importante en la arteria descendiente menor”, informó un parte médico citado por las agencias de noticias. Inmediatamente le “fue realizada, con éxito, una angioplastia”, que incluyó “la colocación de un stent”, con el objeto de mantener fluido el paso de la sangre por la arteria.

Sarney está internado en el mismo hospital en el que fueron tratados exitosamente el ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, la actual jefa del Estado –cuando aún no lo era–, Dilma Rousseff, y el mandatario paraguayo, Fernando Lugo, todos éstos con cáncer.

El estado de salud de Sarney era “estable” y él estaba “bien dispuesto y alimentándose normalmente”, según afirmó el cardiólogo Roberto Kalil Filho, quien señaló que el jefe del Senado llegó a correr “un serio riesgo de sufrir un infarto”. El médico precisó que la operación estaba prevista para esta mañana, pero se adelantó debido a que Sarney comenzó a sentir dolores en el pecho.

Sarney, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, la fuerza más numerosa del país y principal aliada del Partido de los Trabajadores), fue entre 1985 y 1990 el primer presidente de Brasil luego de la dictadura militar que gobernó desde 1964. Fue electo vicepresidente, pero debió asumir el cargo porque el mandatario electo, Tancredo Neves, sufrió una enfermedad grave –de la que jamás se repuso–, cuando la fórmula ya estaba consagrada.