Segundo impeachment para Collor. El ex presidente brasileño Fernando Collor de Mello sometido a juicio político en 1992, cuando renunció ante un vendaval de evidencias de corrupción, volvió a ser noticia a través del relato de Rosane Collor, su esposa durante 22 años, quien ahora resolvió ventilar la demencial intimidad del poder signado por rituales de magia negra y acuerdos con personajes vinculados con el narcotráfico y la mafia italiana.

Icono del Consenso de Washington a la brasileña, la imagen de aquel Collor engominado subiendo la rampa del Planalto en marzo del ’90 no dista mucho del apuesto y mexicano Enrique Peña Nieto proclamándose vencedor de las elecciones del 1º de julio. Ninguno de los dos llegó al poder por las suyas: fueron fabricados en los estudios de las empresas de noticias y entretenimientos Globo y Televisa, nada menos.

En el programa Fantástico, plato fuerte de la Globo los domingos a la noche, la ex primera dama Rosane Collor declaró estar “segura” de que su ex marido está detrás de las amenazas de muerte que buscan intimidarla mientras prepara una autobiografía explosiva. El descargo de la mujer despechada pegó fuerte en la audiencia ávida de historias sórdidas, haciendo que el programa, el más visto de la tevé nacional en esa franja horaria, obtenga 5 puntos de rating más que lo habitual.

“Recibí una llamada telefónica diciendo que si yo iba a un evento (con la pastora evangélica Maria Celia) no volvería más (a mi casa), y yo le respondí que no tenía miedo.” “Ya lo dije en todas las entrevistas, incluso lo dije ante la Justicia, que si me ocurriera algo el mayor responsable será Fernando Collor de Mello.”

Rosane Collor reconoce mantener un vínculo espiritual, trascendental, con la pastora Maria Celia de la Iglesia Rescatando Vidas para Dios, a la que ambas se convirtieron hace algunos años. Antes de emigrar a esa corriente neopentecostal, Maria Celia era persona de confianza de Collor, quien aparentemente la consideraba su guía mística o acaso más que ello. Pero esto es pasado, hoy Rosane Collor y la pastora viven sólo para vengarse del otrora hombre fuerte de Brasil.

La ex primera dama narró en la entrevista televisada que recuerda todo lo ocurrido en esos dos años vividos en la Casa da Dinda, una mansión construida en Brasilia con fondos de procedencia dudosa. Y es que en una de sus tantas extravagancias Collor había rechazado ocupar la residencia oficial de los mandatarios, el Palacio del Alvorada, para afincarse en ese palacete kitsch donde participaba junto a su esposa de entonces y la vidente María Celia de “rituales de magia negra con matanzas de gallinas, bueyes, vacas. El hacía los rituales porque creía que había personas que le deseaban el mal”.

“Se hacían trabajos muy serios en los cementerios, en la Casa da Dinda, eran trabajos muy pesados. Un día Fernando hizo un ritual quedando aislado, estuvo tres días aislado en un sótano, durmiendo con ropa blanca sobre una colcha, él creía que así devolvería el mal que le hacían”, contó Rosane con una Biblia y embebida en su nueva religión.

Describió el carácter bipolar de su marido, que de la euforia de la llegada vertiginosa al poder pasó a una depresión suicida tras la deposición. “Yo intenté esconder las armas que había en casa, estaba preocupada por lo que pudiera hacer él en un momento de desesperación, comencé a tener insomnio, estaba angustiada pensaba que él era capaz de cualquier cosa, yo temía que pudiera suicidarse.”

Rosane dijo estar segura de que en cualquier momento puede ser víctima de lo que llamó como “la maldición de Collor”, pues “las personas que intentaron perjudicarlo murieron de muertes extrañas”, entre ellas su asesor privado y tesorero de la campaña electoral, PC Farias, muerto a balazos junto a su amante en 1996 en una casa junto al mar.

Farias fue uno de los brasileños más buscados por Interpol en los ’90 y cuando tomó estado público que había desviado millones de dólares siendo el cajero del candidato Collor en 1989, quien en 1992 afirmó, hablando en cadena nacional de radio y televisión, no tener más vínculos con su hombre de confianza. La versión de Collor, actual senador del conservador Partido Trabalhista Brasileño, fue categóricamente desmentida por Rosane el domingo a la noche. Ella contó que PC Farias fue, en las sombras, uno de los hombres más influyentes del efímero gobierno y nunca dejó de reunirse semanalmente con el ex presidente.