El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, dio ayer por superada la impasse con el Reino Unido y reiteró su disposición al diálogo. El objetivo es buscar una solución al incidente suscitado por el asilo concedido por Ecuador en su embajada de Londres al fundador de Wikileaks, Julian Assange.

“Consideramos este infeliz incidente superado”, señaló el mandatario. Aunque calificó de error grave la supuesta amenaza hecha por las autoridades británicas de irrumpir en la embajada ecuatoriana en Londres para arrestar a Assange. Correa resaltó que el diálogo buscará una salida consensuada pero precisó que esas conversaciones su país las hará “sin jamás claudicar en principios, sin jamás negociar los derechos humanos de una persona”. “Esa salida puede ser la garantía de que si Julian

Assange va a responder a la Justicia sueca no sea extraditado a un tercer país”, manifestó. “Si no se quiere dar esa garantía, (entonces) otorgar el salvoconducto para que el señor Assange pueda, con seguridad, salir de la embajada ecuatoriana en Londres”, agregó. Correa insistió en que existió tal amenaza y leyó una parte de la nota entregada el pasado 15 de agosto a la cancillería en Quito por el encargado de negocios del Reino Unido en Ecuador, en la que advertía con entrar en la embajada, al invocar una ley interna de 1987. Sin embargo, el presidente dijo que el jueves recibió otra comunicación del gobierno británico en la que aseguraba que jamás ha pretendido ingresar a la legación diplomática ecuatoriana y que la política exterior del Reino Unido se ciñe al cumplimiento de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas. “Se ha hecho historia, hemos hecho respetar nuestro derecho soberano de dar asilo a un ciudadano que así lo ha requerido y se ha asentado la premisa de que las sedes diplomáticas son inviolables”, subrayó. También volvió a expresar su agradecimiento a los países americanos por el apoyo recibido y dijo que ello sólo permite ver la consolidación de la “patria grande latinoamericana”.