EL MUNDO
Bush en el papel de Reagan
George W. Bush, acompañado por el presidente surcoreano Kim Dae-Jung (foto), miró ayer a través de la última frontera de la Guerra Fría y, en un claro eco de Ronald Reagan, pidió libertad en Corea del Norte, repitiendo su descripción del régimen como “malvado” pero tratando de bajar las ansiedades a ambos lados de la frontera al decir que no tenía planes para una invasión. “Queremos que todos los coreanos vivan en la luz –dijo Bush en su visita al lado sur del rigurosamente vigilado paralelo 38–. Los niños de Corea (del Norte) nunca deberían pasar hambre mientras se alimenta a un masivo ejército.” Bush, que recientemente calificó a Corea del Norte como un miembro del “eje del mal”, pareció orgulloso de las comparaciones con el famoso discurso de Reagan en 1987 ante la Puerta de Brandenburgo en Berlín, en el que urgió al presidente soviético Mijail Gorbachov a tirar abajo la frontera entre la libertad y el totalitarismo.