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El político español Angel Carromero tendrá que dormir de lunes a jueves en un centro de inserción social de Madrid mientras cumple en España, en régimen de semilibertad, el resto de los cuatro años de prisión a los que fue condenado en Cuba por la muerte en accidente de tráfico del disidente Oswaldo Payá. Así lo informaron fuentes cercanas al dirigente de Nuevas Generaciones, las juventudes del conservador Partido Popular (PP), de Mariano Rajoy. Las autoridades penitenciarias descartaron asignar a Carromero el control telemático por el que habría estado vigilado a través de una pulsera y que le posibilitó dormir en su casa.

El viernes pasado, Carromero obtuvo el régimen de semilibertad y salió de la cárcel española en la que había ingresado apenas fue extraditado por Cuba, a fines de diciembre. El fin de semana durmió en su casa y anteayer por la mañana acudió al centro de inserción social de Madrid que le asignó la Junta de Tratamiento de la cárcel de Segovia al concederle el tercer grado o régimen abierto. El abogado del preso, José María Viñals, había manifestado recientemente que haría lo posible para que Carromero disfrutara de las “modalidades más benignas” del régimen abierto, como podría ser que el condenado portara una pulsera para controlar sus movimientos y no tener que acudir a la cárcel.

Carromero, de 27 años, fue condenado en Cuba a cuatro años de cárcel por el accidente automovilístico que le costó la vida en julio a Payá y al también disidente Harold Cepero. El joven llegó a España el 29 de diciembre para cumplir en su país el resto de la condena, tras un acuerdo entre Madrid y La Habana en base a un convenio bilateral sobre ejecución de sentencias penales. El caso de Carromero ha despertado críticas en España, donde hay voces que denuncian que el gobierno de Rajoy está dándole un trato preferencial. Uno de los puntos que esgrimen los críticos es la celeridad en la tramitación del régimen de tercer grado. Otra de las críticas tiene que ver con la rapidez con la que el Ejecutivo ha obtenido la extradición a España, mientras miles de presos españoles continúan repartidos en diferentes cárceles del mundo.

Según el diario Público de España, cerca de 2450 españoles se encuentran detenidos y presos en el extranjero. Alrededor de un centenar de esos reos regresa cada año a España para cumplir su condena gracias a los convenios bilaterales firmados con una veintena de países. A partir de los últimos datos oficiales, se supo que el Ministerio de Asuntos Exteriores tenía registrados en agosto de 2012 a 2443 españoles detenidos fuera del territorio peninsular, cifra que no varió mucho en los últimos meses del año. Se estima que la gran mayoría –más del 80 por ciento– se encuentra en prisión por delitos vinculados con el comercio de drogas. Según estos cálculos, el grupo más numeroso se encuentra detenido en Perú, donde permanecen detenidos 276 ciudadanos españoles, 270 de ellos vinculados con las drogas; en el segundo puesto se ubica Italia (216 detenidos, 196 por drogas); y el tercer grupo más importante está en Colombia (210 detenidos, 202 por drogas).