Miércoles, 16 de enero de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › DISPARARON A 20 ADOLESCENTES EN PABLO PODESTá Y MATARON A TRES, EN UNA SUPUESTA PELEA DE BANDITAS
Tres adolescentes murieron y otro resultó herido cuando desde un auto dispararon contra el grupo. Se encontraban reunidos junto a un paredón, en la localidad de Pablo Podestá. Los investigadores creen que se trató de una pelea entre bandas.
Por Emilio Ruchansky
Mientras hacían la previa para ir un cumpleaños frente a un paredón de la localidad bonaerense de Pablo Podestá, un grupo de veinte chicos fue baleado desde un auto el lunes pasado por la noche; tres de ellos fallecieron y uno fue herido y está fuera de peligro. Los familiares de las víctimas comentaron que los agresores provienen de una villa cercana, conocida como barrio Seven Up, y mencionaron como móvil una venganza contra otro joven que integraba el grupo. “Sabemos que hubo una discusión el día anterior entre uno de los chicos de este barrio y otro de un lugar cercano. En el auto iban tres personas, dos están identificadas y las estamos buscando”, aseguró a Página/12 una fuente de la Unidad Fiscal de Investigaciones Nº 5 del partido de Tres de Febrero. El auto era robado y los atacantes lo abandonaron a cuatro cuadras para huir en un remise.
Según relató ayer Julio Bravo, padre de la víctima más joven, de 16 años, Fernando salió de la casa a buscar a unos amigos que estaban en el paredón de una fábrica de estampados en Villa París para invitarlos a festejar el cumpleaños en su casa, donde los esperaban con empanadas y gaseosas. Eran las 23.30 del lunes pasado, dijo Bravo, cuando Fernando salió en su pequeña moto hacia el paredón donde paran sus amigos. “Llegó en cinco minutos porque el lugar es cerca, a diez cuadras de mi casa”, relató. Las otras dos víctimas fueron Alexis Bracamonte, de 17 años, y Lucas Díaz, de 18.
Cuando Fernando convenció a algunos de los chicos de ir a casa de los Bravo, asomó a toda velocidad un Fiat Punto negro con vidrios polarizados. “El auto primero paró en la esquina y alguien se asomó a mirar desde la ventana. Después avanzó y se puso frente a nosotros y nos entraron a disparar. Yo me cubrí, estaba sentado contra el paredón, y le dieron bala a los chicos que estaban en el cordón de la vereda. El auto siguió un poco más y ahí siguieron disparando”, relató a este diario uno de los sobrevivientes, quien pidió preservar su identidad.
El auto siguió cuatro cuadras y los atacantes tomaron un remise, cuyo conductor declaró ayer, al parecer, sin poder aportar muchos datos sobre los jóvenes que huían. “Vi a un chico que se trepó por mi casa, estaba pálido y me dijo que les habían tirado. Cuando salí vi a los tres chicos muy malheridos tirados en el piso. Los llevaron en auto hasta el hospital Bocalandro pero ya estaban muertos cuando llegaron”, dijo Oscar, quien vive a 20 metros del paredón. “En este barrio hace tiempo que los problemas no se resuelven a las piñas, como antes”, agregó.
Según fuentes judiciales, se encontraron en el lugar vainas de pistolas de alto calibre, 9 milímetros y .45, modelos de uso regular en las fuerzas de seguridad. “Por ahora nada nos hace pensar que la policía estuvo involucrada en el hecho, aunque no descartamos nada. Todo fue muy reciente”, dijeron anoche en la fiscalía a cargo de Marcelo Sendot, quien está de licencia y es reemplazado por Ana María Armetta. Allí confirmaron que hay dos sospechosos con antecedentes penales, que fueron identificados por los familiares de las víctimas.
“Estamos analizando algunas capturas de los videos de cámaras cercanas, aunque prácticamente no se lo ve. El auto fue peritado. Fue robado recientemente”, dijo la fuente judicial consultada. Los motivos del ataque son materia de investigación aún. Julio Bravo aseguró que las víctimas conocían a los agresores y que uno o dos días antes hubo un altercado entre un chico del grupo de su hijo y otro, del barrio Seven Up, a 10 cuadras del lugar del ataque. “Se amenazaron que ya se iban a agarrar, que esto, que aquello, y parece que anoche se subió al auto”, comentó.
El suegro de Lucas Díaz, Rubén Revol, coincidió en que hubo una pelea entre chicos de dos barrios. “A los chicos les tiraron a mansalva, como al voleo”, dijo el hombre. Y contó que Lucas era un chico “bueno, callado, reservado”, que había dejado de estudiar para trabajar en una fábrica de medias y ayudar económicamente a sus padres, pero de momento estaba de-sempleado. De Alexis Bracamonte, los vecinos afirmaron que trabajaba de albañil y era un delantero prometedor, que jugaba en el club Unión Vecinal Florida y estaba dando sus primeros pasos en River Plate.
“Los tres chicos la ligaron de rebote. Estamos todos aterrados porque en ese momento había hasta chicos de 11 años en el paredón, es un lugar donde los chicos se juntan todo el día. Fue algo horrible”, dijo Oscar a este diario, quien conocía a Lucas en el club Florida y lo veía junto a los demás jóvenes tarde a tarde en ese paredón. “Acá jugamos a la pelota, a la paleta, tomamos gaseosa, estamos todo el día”, dijo un joven, apoyado sobre ese paredón. En el piso, entre la maleza, están las tapas de gaseosa, colillas de cigarrillos, vidrios y chapitas de cerveza.
Los cuerpos de los tres chicos estaban siendo velados anoche en distintos lugares, luego de que se les practicaran autopsias. Los investigadores afirmaron que el caso está “encaminado” gracias a los testimonios y las huellas tomadas dentro del auto. Ayer al mediodía, Alba, la madre de Bracamonte, dijo ante las cámaras: “Quiero saber por qué tanta saña. Ahora tengo un hijo menos y quiero justicia”.
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