Viernes, 8 de marzo de 2013 | Hoy
EL MUNDO › COMO RESPUESTA A LAS MANIOBRAS MILITARES DE EE.UU. Y COREA DEL SUR
La Casa Blanca dijo que el país va a defenderse si Pyongyang materializa sus advertencias de un ataque nuclear.
Corea del Norte amenazó ayer a Estados Unidos con “un ataque nuclear preventivo”, en una nueva subida de tono del país comunista a la espera de que la ONU confirme la resolución que le impondrá nuevas sanciones por su reciente prueba atómica. “Como EE.UU. está a punto de iniciar una guerra atómica, vamos a ejercer nuestro derecho a un ataque nuclear preventivo contra el cuartel general del agresor para proteger nuestro supremo interés”, indicó el portavoz del Ministerio de Exteriores norcoreano en una nota de la agencia estatal KCNA.
EE.UU. y Corea del Sur realizan estos días maniobras militares y comenzarán nuevos ejercicios el lunes, lo que, junto a las inminentes sanciones, ha elevado los ataques verbales del régimen de Kim Jong-Un. No obstante, los expertos descartan que Corea del Norte posea tecnología suficientemente avanzada como para lanzar un misil con capacidad nuclear a EE.UU. a corto o medio plazo, por lo que este último desafío podría englobarse en la habitual retórica belicista de este militarizado país. Norcorea también impuso el último miércoles una zona de exclusión aérea y prohibió la navegación en sus costas orientales y occidentales con el objetivo de “preparar maniobras militares a gran escala”.
El Rodong Sinmun, diario oficial del partido único, amenazó con una “guerra termonuclear que no estaría confinada a la península coreana”, en alusión al arsenal balístico del país, capaz, según afirmó, de alcanzar el territorio estadounidense, en particular las islas del Pacífico. Y, el pasado martes, Pyongyang prometió dar por nulo el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-53), en una amenaza sin precedentes que llegó poco después de salir a la luz un acuerdo entre China y EE.UU. en la ONU para imponer nuevas sanciones a Corea del Norte por su prueba nuclear de febrero.
La reacción de los EE.UU. fue rápida. El Departamento de Estado y la Casa Blanca dijeron ayer que, pese a que las amenazas de Corea del Norte contra Estados Unidos no son nuevas, el país va a defenderse si Pyongyang materializa sus advertencias de un ataque nuclear.
La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, declaró ayer que Washington debe “tomarse en serio lo que dice un Gobierno, aunque esa retórica extremista (de Corea del Norte) no es inusual”. “Estamos continuamente actualizando nuestras capacidades de defensa balística y seguimos firmemente comprometidos con la defensa de la República de Corea (Corea del Sur) y Japón y el mantenimiento de la paz y la seguridad regional”, indicó Nuland. La vocera afirmó también que los dirigentes norcoreanos se aislaron del resto del mundo. “No es momento de hablar de diálogo. Corea del Norte debe abandonar su ilusión de convertirse en potencia nuclear”, señaló.
Las tropas surcoreanas también fueron puestas en alerta a causa de los “masivos” ejercicios militares que, según Seúl, está preparando su vecino del Norte.
En el mismo momento, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió imponer una nueva serie de sanciones que “golpearán duro” a Pyongyang, ha declarado la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Susan Rice. Esta decisión viene tras el último ensayo nuclear norcoreano, realizado el 12 de febrero (el tercero después de los de 2006 y 2009), que debió servir para fortalecer la posición del líder Kim Jong-Un, “a quien se supone en el centro de una lucha por el poder entre sectores más moderados y otros más militares”. “El éxito del ensayo había dado la razón a estos últimos y argumentos a quienes creen que cualquier negociación de su programa nuclear supone una capitulación ante los capitalistas y Occidente”, sigue El País.
La resolución del Consejo, propuesta por varios países (entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur y Francia) y adoptada unánimemente por sus 15 miembros, trata de acabar con las fuentes de financiamiento utilizadas por Pyongyang para acercarse a sus ambiciones militares y balísticas. El secretario general del Consejo de Seguridad Ban Ki-moon saludó, en el diario Le Monde, la votación que envió un mensaje claro a Corea del Norte para que entienda que “la comunidad internacional no tolerará que adquiera armas nucleares”.
De hecho, las medidas, duramente negociadas durante tres semanas, ponen bajo vigilancia a diplomáticos norcoreanos y engruesan una lista negra de particulares y empresas sometidas al congelamiento de bienes o a la prohibición de viajar. Las sanciones definen más específicamente una serie de productos de lujo que los dignatarios del régimen comunista no estarán autorizados a adquirir y obliga a inspecciones obligatorias de cargamentos sospechosos de provenir o de tener como destino Corea del Norte. Por lo tanto, “estas sanciones aumentarán el aislamiento de Corea del Norte e incrementarán el costo para los líderes de Corea del Norte de desafiar a la comunidad internacional”, dijo la embajadora americana en la ONU, Susan Rice, a periodistas. Ella negoció las sanciones con el embajador de China en el Consejo, Li Baodong, quien dijo que la resolución era “‘un importante paso adelante’, pero haciendo énfasis en que deben llevar a que Corea del Norte vuelva a retomar nuevas negociaciones”.
De hecho, los anteriores tiros de misiles y ensayos nucleares de Corea del Norte ya provocaron una serie de sanciones internacionales desde 2006.
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