Sábado, 7 de septiembre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › HABLARON DE SIRIA Y DE LA COLABORACION ENTRE ESTADO E IGLESIA EN BOLIVIA
Pese a algunas diferencias existentes entre la Iglesia boliviana y el Estado, el jefe de la Iglesia y el jefe del Estado Plurinacional de Bolivia se estrecharon en un caluroso abrazo al concluir este primer encuentro oficial.
Por Elena Llorente
Desde Roma
El papa Francisco y el presidente de Bolivia, Evo Morales, en su primer encuentro oficial en el Vaticano, conversaron ayer durante media hora sobre temas candentes para el país latinoamericano, como las difíciles relaciones con la Iglesia local, pero también sobre la inminente amenaza de guerra en Siria que podría extenderse rápidamente a Medio Oriente. Siria es una gran preocupación en estos días para el papa Francisco, que parece querer impedir a toda costa que Estados Unidos comience sus bombardeos, con el pretexto de la posesión de armas químicas (armas de destrucción masivas) por parte del gobierno de Al Assad, lo mismo que argumentó George Bush para invadir Irak en 2003. Y Morales está de acuerdo con Francisco, al menos dándole su apoyo moral a la jornada de ayuno y plegaria que el Papa ha convocado para el sábado en la Plaza de San Pedro y en todas las diócesis del mundo, por la paz en Siria y Medio Oriente.
Pese a algunas diferencias existentes entre la Iglesia local y el Estado –-Morales ha sido acusado por algunos de patrocinar prácticamente una Iglesia paralela–, el jefe de la Iglesia y el jefe del Estado Plurinacional de Bolivia se estrecharon en un caluroso abrazo al concluir este primer encuentro oficial en el Vaticano. Al principio, por lo que pudieron ver los periodistas, hubo un contacto poco confiado, cuando el Papa abrió la puerta de la Biblioteca para saludar y hacer pasar al presidente. Pero al final el abrazo fue franco, como si varias cosas se hubieran aclarado. Y las dudas no rondaban en torno de las batallas por la paz en Siria sino muy posiblemente alrededor del rol de la Iglesia en Bolivia, el cual, como declaró el embajador de Bolivia ante la Santa Sede, Carlos de la Riva, “no se puede decir que ha sido malo en estos seis años, pero tampoco ha sido bueno, porque el diálogo no es fluido”.
El encuentro se desarrolló en una “clima de cordialidad” y se habló sobre la “situación socioeconómica y religiosa del país”, en particular sobre “la lucha contra las desigualdades sociales y la pobreza”, informó por su parte la oficina de prensa vaticana. Y sobre el vínculo Estado-Iglesia destacó la “importancia de buenas relaciones”, especialmente sobre temas “de común interés y al servicio de la entera nación”. En este sentido, el embajador De la Riva puso como ejemplo un proyecto de colaboración entre la diócesis de Cochabamba y el gobierno sobre el narcotráfico y el uso de drogas entre los jóvenes. La información vaticana destacó además que se hizo referencia “a la decisiva contribución de la Iglesia Católica en Bolivia, en el ámbito de la educación, de la salud, del apoyo a las familias y de la asistencia a niños y ancianos”.
Apenas se vieron en la Sala del Tronetto que precede a la Biblioteca, el presidente boliviano, vestido con su tradicional traje oscuro terminado con guardas y sin corbata, le dijo al Papa: “Para mí, usted es el hermano Francisco”, en alusión a San Francisco de Asís, en honor al cual Bergoglio eligió su nombre de pontífice. Y el Papa contestó: “Así debe ser, así debe ser”. De la Riva recordó en este sentido que el presidente ha hecho muchas declaraciones de acercamiento al pontífice, como aquella en la que dijo: “Yo me siento más cristiano y más próximo a la Iglesia gracias al contenido del mensaje de este Papa”.
El mandatario latinoamericano estuvo acompañado, entre otros, por el canciller David Choquehuanca, el ministro de Defensa, Rubén Saavedra; el embajador De la Riva; además de la embajadora de España ante Bolivia, Carmen Almendras, que ha seguido toda la gira europea de Morales por España y Bielorrusia antes de llegar a Italia. En Bielorrusia, según contó a la prensa en Bérgamo, donde el jueves fue a visitar a sus compatriotas allí radicados, trató temas económicos que podrían beneficiar a la economía boliviana y permitir el armado de un plan de retorno para los inmigrantes que deseen retornar a la “madre tierra”. El retorno, dada la crítica situación económica italiana que ha dejado a muchos de ellos en la calle, es un tema que le plantearon los inmigrantes, con quienes el presidente Morales se reunió en Roma y en Bérgamo, la ciudad italiana con el más alto número de bolivianos de Italia.
En cuanto a los temas del encuentro, el embajador no había descartado que se hablara de la Teología de la Liberación, punto de gran interés en América latina y hacia el cual hay una nueva actitud dentro del Vaticano. Pero el comunicado de la Santa Sede nada dijo sobre este asunto, pese a que el próximo lunes sale a la venta en Italia, por ejemplo, un libro sobre la Teología de la Liberación que promete dar que hablar, firmado a cuatro manos por el actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Muller, y uno de los fundadores de esa vertiente teológica, el peruano Gustavo Gutiérrez.
Los regalos que se entregaron fueron también significativos de los temas que cada uno de ellos considera fundamentales para su misión: el libro con los documentos elaborados por el Episcopado latinoamericano en Aparecida (Brasil), que el pontífice regala sistemáticamente a todos los mandatarios de la región que lo visitan; y para el Papa, otro libro con imágenes titulado Memoria gráfica de la reintegración marítima boliviana, en alusión a la salida al mar por la que Bolivia viene luchando desde hace años.
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