Sábado, 7 de septiembre de 2013 | Hoy
EL PAíS › EL PLAN BELICO DE WASHINGTON
Por Nikhil Kumar *
Mientras la administración de Obama lucha para convencer a los políticos para intervenir en Siria, había señales ayer, que el compromiso de Estados Unidos en la guerra civil ahí, si sucede, podría ser mayor, en escala, a lo que previamente se había anticipado. Se dice que los funcionarios estadounidenses están estudiando un plan para aumentar el apoyo a la lucha de los rebeldes para remover al presidente sirio Bashar al Assad del poder. El nuevo plan comprendería que el ejército enviara a sus propios entrenadores para aumentar las capacidades de los rebeldes, algo a lo que se han resistido en el pasado.
La CIA ha estado entrenando grupos de rebeldes en Jordania. Pero el compromiso del ejército consistiría en aumentar el número de rebeldes de cientos a miles, según Associated Press. La noticia de que Estados Unidos pudiera ofrecer mayor apoyo a los rebeldes es posterior a un informe en The New York Times que el presidente Obama le ha pedido a sus comandantes que redacten una extensa lista de blancos siguiendo la inteligencia que el régimen de Al Assad estaba moviendo sus elementos militares anticipándose a un ataque estadounidense.
Eso provocó que le hicieran preguntas a Obama en la cumbre del G20. Cuando se le preguntó si su administración estaba por dar una impresión engañosa, el presidente, quien insistirá en el tema para actuar, durante un discurso televisado el martes, dijo que el informe era inexacto. La perspectiva de un mayor compromiso de Estados Unidos en el entrenamiento de los rebeldes es posterior a la presión de los halcones republicanos en el Congreso que quieren que la administración haga más y no que tan solo apunte a las armas químicas del régimen de Al Assad.
En el Senado, John McCain insistió en un lenguaje más duro en la resolución aprobada por el Comité de Relaciones Exteriores, añadiendo una declaración política de que Estados Unidos debería usar sus recursos para volcar la marea a favor de los rebeldes. La administración Obama seguía presionando al Congreso ayer para que autorice la acción militar en Siria con el secretario de Estado John Kerry (foto) públicamente advirtiendo que los costos de la no acción son mayores que los costos de la acción, en medio de señales de que Estados Unidos podría entrar más profundamente en el conflicto. Consciente de la sombra de la guerra de Irak, y basándose en su propia experiencia en el conflicto con Vietnam, Kerry dijo que si otro Vietnam u otro Irak estuvieran en la mesa de discusiones “no estaría sentado en la mesa de los testigos ante el Congreso pidiendo acción”.
Mientras, en una señal de la oposición pública al debate, el senador McCain, un defensor de la acción para fortalecer a los rebeldes, se enfrentó con enojados electores en la intendencia en Arizona el jueves. “¡No respetamos su opinión! No lo enviamos al Congreso para que nos consiga una guerra, lo enviamos para detener la guerra”, gritó un hombre del público.
De acuerdo con una encuesta de la opinión pública de Estados Unidos llevada a cabo por ABC/Washington Post, casi seis de cada diez estadounidenses se oponen a ataques unilaterales con misiles estadounidenses contra Siria, y más se oponen a armar a los rebeldes sirios. Bien consciente del desagrado público estadounidense por otra aventura militar en Medio Oriente, Kerry trató de reasegurar al país que Estados Unidos cuidadosamente limitaría su compromiso. “No habrá botas en el terreno en Siria”, dijo. No habrá un compromiso abierto, sin final. Estados Unidos aumentó la seguridad en las misiones diplomáticas en Medio Oriente ayer, por las amenazas, ordenando al personal que saliera del Líbano y ofreciendo evacuar a aquellos en Adana en Turquía.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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