Los países del sur de Europa pidieron ayer un mayor compromiso del resto del bloque para afrontar el drama migratorio que está teniendo lugar en las costas del Mediterráneo, de cara a la cumbre de líderes europeos que tendrá lugar hoy en Bruselas. La reciente muerte de centenares de inmigrantes que intentaban llegar en barco a la isla italiana de Lampedusa y de Malta generó una ola de condena y de solidaridad por parte de los líderes de la Unión Europea (UE), pero aún está lejos de derivar en un cambio en las políticas migratorias del bloque, centradas en la seguridad. “En el Consejo Europeo de mañana (por hoy) defenderé ante mis socios la necesidad de redoblar nuestros esfuerzos para evitar que se repitan dramas de esta naturaleza”, dijo el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en un foro económico que reunió en Barcelona a cancilleres de diez países europeos y norafricanos.

“El Mediterráneo no es sólo un problema de los países del sur”, sostuvo en Barcelona el viceministro de Relaciones Exteriores italiano, Lapo Pistelli, quien recordó que dos tercios de los inmigrantes que llegan a las costas de su país se dirigen a otros Estados miembro, como también argumenta Grecia.