EL MUNDO › PREPARAN UN DESEMBARCO MIENTRAS CRECEN LOS COMBATES Y EL CAOS EN LA CAPITAL
La pax americana encañona ahora a Liberia
Liberia, pequeña república del oeste africano que se encuentra en el año número 14 de una guerra civil, es el próximo punto de desembarco de fuerzas militares de EE.UU. La decisión final se tomaría en los próximos días, en medio de un deterioro grave de la situación.
El presidente estadounidense George W. Bush ordenó ayer el despliegue de buques a lo largo de la costa de Liberia para apoyar una eventual intervención de una fuerza africana de paz, anunció la Casa Blanca. Unos 15 obuses cayeron ayer a la mañana en Monrovia en el barrio diplomático de Mamba Point, matando al menos a 11 civiles, mientras el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Ruud Lubbers, hizo un nuevo llamado para el despliegue inmediato de una fuerza de mantenimiento de paz en Liberia, a causa de “la extrema gravedad de la situación”.
Bush ordenó ayer desplegar buques de guerra a lo largo de la costa de Liberia como apoyo a una fuerza africana que tiene previsto intervenir en este país sacudido desde hace semanas por el recrudecimiento de una cruenta guerra civil de 14 años. “El presidente ordenó al secretario de Defensa que disponga los medios militares apropiados a lo largo de la costa de Liberia para apoyar el despliegue de tropas de la Comunidad Económica de los Estados del Oeste de Africa (Cedeao), una vez que éste haya comenzado”, informó la Casa Blanca en un comunicado. Sin embargo, analistas en Washington advirtieron que la noticia, difundida oficialmente por la Casa Blanca, no significa que EE.UU. vaya a participar directamente con tropas terrestres en las operaciones para pacificar a Liberia.
El área residencial de la playa de Mamba Point en Monrovia, la capital liberiana, donde se encuentra la sede de la Embajada de Estados Unidos, y el hotel donde se alojan los periodistas de la prensa internacional, fue el foco ayer de cruentos combates entre las fuerzas leales al presidente Charles Taylor y las milicias rebeldes, provocando la muerte de por lo menos 11 civiles. Desde primeras horas de la mañana, toda la zona era blanco de disparos de artillería pesada y fuego de mortero, y hasta el momento se desconoce si las instalaciones norteamericanas, que están protegidas por un pequeño destacamento de soldados, han sido afectadas.
Según el ministro liberiano de Defensa, Daniel Chea, los obuses fueron lanzados por los rebeldes del LURD (Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia). Los heridos fueron de inmediato transportados a la clínica de Médicos Sin Fronteras, así como los cadáveres. “La gente comienza a excitarse viendo los cuerpos y por eso nos los llevamos”, explicó Alain Kassa, uno de los jefes de misión de MSF.
“Contamos una decena de muertos y entre 35 y 40 heridos a causa de los bombardeos. Estamos tratando de ver si hay más heridos”, agregó Kassa.
“Los habitantes no pueden más, se están muriendo de cólera. Hay tantos heridos que ya no se pueden recibir. Los suministros de agua son escasos, ya no hay comida, no sé cómo aguantan todavía”, dijo Kassa.
En las últimas dos semanas casi un millar de personas murieron y las escasas instalaciones hospitalarias no dan abasto con la cantidad de heridos que ingresan diariamente en sus unidades. Mientras, se teme que el retraso en el despliegue en Liberia de una fuerza pacificadora panafricana de la Cedeao y la indecisión de Estados Unidos de reforzar ese contingente signifique la muerte de centenares de personas en los próximos días. Miles de civiles se encuentran “atrapados” entre dos fuegos y la falta de alimentos y recursos médicos hace temer una tragedia humana que se acelera por el intento de los rebeldes LURD de tomar la capital a pesar de la resistencia presentada por el ejército.
La Cedeao aumentó de 3000 a 3500 soldados, en su mayoría soldados nigerianos, su contribución para la Fuerza Internacional de Estabilización para Liberia, cuyo despliegue es esperado en los próximos días. También la indecisión de Estados Unidos de aportar los dos mil hombres pedidos por el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, es otra de las causas que agravan la situación ya caótica en Liberia, inmersa desde hace cuatro años en una guerra civil, que es la continuación de diez años de luchas por el poder con un costo de más de 200.000 vidas. Por su parte, en Ginebra, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Ruud Lubbers, hizo un nuevo llamamiento para el despliegue inmediato de una fuerza de mantenimiento de paz en Liberia, a causa de “la extrema gravedad de la situación”, indicó ayer en Ginebra Ron Redmond, portavoz del Acnur. “Hay numerosas informaciones que hablan de violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos, ejecuciones extrajudiciales, torturas, violencias sexuales, desapariciones y detenciones arbitrarias en condiciones muy duras”, señaló Redmond.