EL MUNDO › INTENTONA GOLPISTA DE 300 FILIPINOS EN REBELDIA
El fracasado motín de Manila
La presidenta filipina, Gloria Arroyo, anunció ayer el fin de la rebelión de 300 militares, amotinados en el barrio financiero de Makati, en el centro de Manila, que exigían la renuncia del gobierno. “La crisis de Makati ha terminado”, dijo la presidenta filipina, información que también fue proporcionada a varios periodistas por el negociador gubernamental, Roy Cimatu.
Los militares ocuparon ayer de madrugada el centro del barrio de finanzas de la capital filipina, aceptaron “terminar pacíficamente el asedio y volver pacíficamente a sus cuarteles”, a la espera de “conocer las consecuencias de su acción”, añadió Cimatu. Inmediatamente después del anuncio realizado por la presidenta Arroyo, los soldados rebeldes comenzaron a desactivar las bombas que habían colocado en torno de la residencia donde se atrincheraron desde el comienzo de la revuelta, declararon testigos presenciales.
“Esto es un triunfo para la democracia”, añadió una sonriente mandataria en una declaración a la televisión, después de una ronda de negociaciones maratónicas llevadas a cabo por los superiores de los 296 militares amotinados. “Esta crisis no ha afectado a la seguridad nacional ni a la estabilidad política. Es un asunto doméstico, no ideológico ni fundamentalista”, afirmó Arroyo.
Los rebeldes se atrincheraron en el edificio Oakwood y exigieron la renuncia del gobierno por considerarlo corrupto y acusarlo de idear atentados que en marzo y abril pasados causaron la muerte de 35 personas. Además, acusaban a la administración de Arroyo de vender armas a grupos irregulares filipinos. La mandataria dejó en claro que los rebeldes no recibirán ningún tratamiento especial y que serán investigados por la acción que protagonizaron. Al tiempo que anunció que también se perseguirá a los civiles que hayan estado involucrados en la revuelta.