El gobierno de coalición ya presentó el primer escollo a Angela Merkel. Ayer, diputados oficialistas y opositores se enfrentaron en el Parlamento alemán. El motivo: la creación de un nuevo órgano que debe asumir funciones clave en el Bundestag mientras dure el período de casi tres meses requerido por la canciller alemana para terminar de sellar su nuevo gobierno. La Unión Cristianodemócrata (CDU), de Merkel, y su nuevo socio de coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), acordaron instaurar por primera vez en la historia una “supercomisión” integrada por 47 de los 631 diputados que reemplazará al resto de las comisiones parlamentarias hasta que asuma el nuevo gobierno.

Por su parte, los dos partidos de la oposición, los ecologistas Los Verdes y los poscomunistas La Izquierda, consideraron inconstitucional el nuevo órgano e intentaron sin éxito impedir que se formara, un anticipo del escaso poder que tendrán en esta legislatura (ambas fuerzas suman 127 diputados) frente al poderoso bloque oficialista, de 504 diputados. Merkel, que anunció anteayer su nueva “gran coalición” con el SPD, debe esperar que los afiliados socialdemócratas aprueben el acuerdo. Si lo hacen, la canciller podría asumir su tercer mandato poco antes de Navidad, tres meses después de las elecciones generales que ganó el 22 de septiembre.

El nuevo Parlamento se formó el 22 de octubre, pero está en compás de espera hasta tanto no se dé la jura del gobierno. Tampoco pueden trabajar hasta entonces las 22 comisiones, un órgano parlamentario clave en el que se discuten en detalle los proyectos de ley o el presupuesto. La inédita “supercomisión” está formada por 23 diputados de la CDU, 14 del SPD, cinco de La Izquierda y cinco de Los Verdes. “Por supuesto no es inconstitucional. Es una comisión en la que el Parlamento decidirá por un breve período cómo organiza su trabajo”, dijo el socialdemócrata Thomas Oppermann en rechazo a las críticas.

“No podemos seguir haciéndonos esperar por CDU y SPD”, se quejó la diputada verde Britta Hasselmann. Los liberales del FDP, que quedaron fuera del Parlamento en las elecciones, se expresaron con más dureza. “Nunca antes en la historia del Parlamento alemán se había dado semejante capitulación de los diputados ante la demora en las negociaciones para formar gobierno”, dijo el veterano ex líder parlamentario liberal Jörg van Essen.

Luego de cinco semanas de intensas negociaciones, los conservadores de la canciller alemana y el opositor SPD llegaron a un acuerdo para formar un gobierno de coalición hasta 2017. El pacto contempla la continuidad de la rígida política de disciplina fiscal en la Eurozona que viene propugnando Merkel. Dice que el próximo gobierno impulsará la creación de una autoridad europea para liquidar bancos transfronterizos de “relevancia sistémica” y un fondo europeo común de liquidación. Y señala que la ayuda directa a bancos por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad debe ser considerada como última opción.

Alemania buscará tener un salario mínimo de 8,50 euros (11,55 dólares) por hora a partir de 2015. Sin embargo, los empresarios y sindicatos podrán acordar salarios más bajos hasta 2017. Los mayores de 63 años que hayan trabajado por lo menos durante 45 años se podrán retirar con jubilación plena a partir de julio de 2014. Esto supone una mejora perceptible para los trabajadores, dado que en Alemania la edad de jubilación aumenta gradualmente hasta los 67 años. La jubilación mínima será de 850 euros para trabajadores de ingresos bajos.

Los partidos políticos se comprometieron a no contraer más deuda pública a partir de 2015 y descartaron aumentos de impuestos. También propusieron incrementar las inversiones en educación, investigación y desarrollo e infraestructura de transporte. Además se otorgará doble ciudadanía a hijos de extranjeros nacidos en Alemania.