La Policía Militar de Honduras desalojó por la fuerza del Parlamento a Manuel Zelaya y a los diputados del Partido Libertad y Refundación (Libre). El ex presidente y sus correligionarios reclamaban participar de la elección de un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE). Ayer, la policía hondureña disolvió con gas lacrimógeno una manifestación en el Parlamento cuando activistas del Partido Libre intentaron entrar por la fuerza. La acción se produjo pese a que en las últimas horas entró en vigor un nuevo sistema de seguridad interna que indicaba una nueva entrada a través de un ascensor para que los diputados ingresaran en el recinto de sesiones. Zelaya y dirigentes de Libre habían convocado la protesta contra el gobierno que preside Juan Orlando Hernández, a quien acusan de no cumplir con la promesa de garantizarles seguridad a los hondureños.

A partir del desalojo del Parlamento que tuvo lugar anteayer quedaron excluidos de la conformación del TSE los partidos Libre, primera fuerza de oposición, y Anti Corrupción (PAC), por lo que sólo integran ese poder electoral el gobernante Partido Nacional y su aliado el Partido Liberal. “Responsabilizo de estas acciones violentas al aprendiz de dictador que es el presidente Juan Orlando Hernández”, dijo el ex mandatario Zelaya, derrocado en un golpe de Estado en junio del 2009, tras permanecer varios minutos sentado, con trapos mojados en el rostro y la cabeza, mientras era atendido por sus correligionarios, indicó el diario ecuatoriano El Universo en su versión digital.

Por su parte, el presidente del Congreso Nacional de Honduras, Mauricio Oliva, del Partido Nacional, igual que Hernández, acusó a los dirigentes de Libre de montar un plan para desestabilizar el país, según el diario local El Heraldo. Es la primera vez que soldados ingresan en el Congreso de Honduras para desalojar por la fuerza a legisladores desde que el país centroamericano retornó a la democracia en 1982, tras casi 20 años de dictaduras. El desalojo de Zelaya comenzó en la planta baja del edificio con una protesta que fue disuelta por la policía, originada porque se impedía el ingreso al Legislativo de diputados y seguidores de Libre. Los diputados de Libre, partido con 36 diputados en el Congreso unicameral, ingresaron al Parlamento después de que las fuerzas de seguridad disolvieran la manifestación y fueron sacados del interior de la Cámara a empujones y bastonazos.

La violencia se repitió ayer cuando manifestantes enardecidos quemaron llantas en la parte baja del Parlamento frente a unas escaleras que suelen utilizar diputados y particulares para subir al segundo nivel de la sede del Legislativo. También quebraron barandales de cristal y derribaron una verja metálica que era utilizada por los agentes de la policía como ariete. Zelaya expresó ayer en la red social Twitter: “La dictadura va a caer, queremos democracia y paz, no al fraude”. Y agregó: “La libertad y los DD.HH. son una conquista del pueblo. No la vamos a perder. El pueblo y la resistencia en el Congreso nacional”.