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“Aquí no hay impunidad para nadie”, dijo ayer el presidente chileno Ricardo Lagos ante la prensa internacional. “Tiene que haber verdad, justicia y reparación”, agregó refiriéndose a los 300 procesos judiciales que enfrentan varios militares de ese país por los más de 3000 muertos y desaparecidos bajo el régimen del ex presidente de facto Augusto Pinochet. Para el mandatario, Pinochet “fue procesado, despojado de su fuero y hoy no es un actor político relevante”. También ayer los diputados chilenos homenajearon al presidente Salvador Allende, que se suicidó en medio del golpe militar de Pinochet, en 1973. El bloque opositor de la derecha no fue al acto, que sólo contó con legisladores de los partidos de la coalición gobernante.
Desde hace 17 días, tres hijos de desaparecidos hacen huelga de hambre en rechazo a la propuesta de Lagos de indemnizar a los familiares de las víctimas y rebajar las penas a los militares que colaboren con los tribunales de justicia. “Son personas que han sufrido mucho, la expresión del drama de Chile. Y nosotros estamos disponibles para cualquier tipo de tarea que nos permita evitar que esto continúe”, dijo Lagos. “Lo que hemos planteado en el ámbito de los derechos humanos es que tiene que haber verdad, justicia y reparación”, afirmó. Poco antes de sus declaraciones, ocho jóvenes que apoyaban la huelga fueron detenidos por la guardia del Palacio de La Moneda por protestar en el Patio de los Naranjos de la casa de gobierno. Junto con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, se oponen a la propuesta de Lagos porque consideran que si las penas de los militares que cooperen con las investigaciones judiciales son reducidas, esto abriría la puerta a la impunidad. Lagos admitió que su propuesta es sólo un primer paso. El capítulo de las violaciones a los derechos humanos “no se cierra”, aclaró. Y destacó los avances logrados desde que volvió la democracia, en marzo del 1990, hasta que los militares admitieron su responsabilidad en las desapariciones, en enero del 2001. En el Parlamento, los diputados socialistas, democristianos y radicales que integran la coalición gobernante homenajearon a Allende en el acto encabezado por la presidenta de la Cámara, la diputada Isabel Allende, hija del ex mandatario y prima de la escritora del mismo nombre. El socialista Fidel Espinoza criticó a los 56 diputados opositores que se negaron a participar del acto y rompieron una vieja tradición de la Cámara de Diputados de honrar a figuras relevantes con la presencia de todos los partidos. El jefe de bancada de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Rodrigo Alvarez, explicó que su partido no participó porque “Allende encabezó el peor gobierno de Chile en el siglo XX”. Y que tampoco correspondía homenajear al mandatario en el mismo Congreso que declaró inconstitucional a su gobierno hace 30 años.
Distinta fue la posición de Lagos, que describió a Allende como un líder “carismático”. Hoy se cumplen 33 años de las elecciones presidenciales que Allende ganó en 1970. Tres años después, el 11 de septiembre, Allende se suicidaba luego del golpe de Estado de Pinochet. Se mató con el fusil automático que le había obsequiado Fidel Castro. Allende representó “tal vez lo mejor de la izquierda chilena al luchar por mejores espacios para los sectores más desposeídos”, afirmó Lagos. “Tenía una clara concepción del liderazgo que ejercía y encarnó los sueños de una generación”, finalizó.