Jueves, 4 de diciembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › ENTREVISTA A FADWA BARGHOUTI, LA ESPOSA DEL DIRIGENTE PALESTINO ENCARCELADO
De visita en Buenos Aires, la mujer del emblemático preso afirma que Israel “no quiere un liderazgo palestino fuerte”, en alusión a la alta popularidad de su esposo. Fue condenado a cinco cadenas perpetuas.
Por Adrián Pérez
Por algún tiempo se vieron a escondidas, lejos del ámbito familiar. Los encuentros clandestinos de la pareja tenían lugar en casa de amigos, en manifestaciones. Así el matrimonio sorteaba el asedio militar. Hasta que el 15 de abril de 2002 el esposo fue detenido por las tropas del ejército israelí en Ramalá. Marwan Barghouti fue acusado de 26 crímenes y de fundar las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Dos años después, un tribunal de Tel Aviv lo condenó a cinco cadenas perpetuas por la muerte de cuatro israelíes y un monje griego, más 40 años de prisión por conspiración, intento de asesinato y por pertenecer a una organización terrorista. De visita en Buenos Aires, Fadwa Barghouti –compañera de vida del líder palestino que protagonizó la primera Intifada en 1987– conversó con Página/12 sobre la detención de su marido, la situación de los presos en las cárceles de la ocupación y la relación entre Fatah y Hamas.
Fadwa es abogada y trabaja en temas vinculados con derechos humanos. Con Marwan tuvieron tres varones y una mujer. Los últimos doce años los dedicó a la campaña para liberar al diputado de Fatah y a los presos políticos palestinos detenidos en cárceles israelíes, iniciativa que cobró fuerza el año pasado, cuando un comité internacional se lanzó desde la misma celda donde Nelson Mandela permaneció confinado 18 años por el Apartheid sudafricano, otro sistema de segregación. La activista de Fatah recuerda las jornadas previas a la detención de su compañero; dice que la situación palestina era muy intensa por esos días, que la invasión israelí a Ramalá era un secreto a voces. El último encuentro fue una despedida. Marwan le pidió que cuidara a los niños. Pensaba que sería secuestrado o asesinado (en uno de los dos atentados que recibió, un misil convirtió en una brasa ardiendo el auto que manejaba su chofer). Fadwa no pudo visitarlo los primeros cuatro años de encierro: Marwan fue enviado al sector de aislamiento. Desde 2005 lo visita una vez cada dos semanas en la prisión de Hadarim, cerca de Tel Aviv, donde 120 palestinos permanecen privados de su libertad. Hay presos de Hamas y del Frente Popular para la Liberación de Palestina, pero la mayoría son de Fatah, dice la mujer.
–¿Qué recursos pueden interponerse para liberar a su esposo?
–El pueblo presiona a los líderes palestinos para que fuercen a la ocupación israelí a que lo liberen; solicita al gobierno que no vaya a las negociaciones si antes no se lo pone en libertad a él y a los otros presos. También podría realizarse un canje de presos, como ocurrió con el soldado (Guilad) Shalit, aunque esa vía fracasó.
–¿Por qué no es posible el canje de presos en el caso de Marwan?
–Israel no lo deja en libertad porque no le importa el proceso de paz. Si así fuera, pensaría en los líderes palestinos que sí quieren la paz y son queridos por su pueblo. Saben que Marwan Barghouti, en todos los años que lleva secuestrado, lideró encuestas de popularidad. La ocupación israelí no quiere un liderazgo palestino fuerte. Marwan Barghouti es símbolo de unidad y tiene el respeto de todas las facciones palestinas que redactaron conjuntamente un documento de presos para la unión palestina.
–¿Cuál es la situación de los palestinos en las cárceles israelíes?
–Más de dos mil palestinos fueron secuestrados en los últimos tres meses. Hay siete mil presos. Con el argumento de la seguridad, Israel impide a cualquier palestino que visite a su familiar detenido. Hay veinticinco diputados del Consejo Legislativo Palestino, doscientos cincuenta menores y veinte mujeres en las cárceles israelíes. La situación de los presos es una causa política de primer grado.
–¿Dónde se inscribe la mujer palestina en ese contexto?
–Muchas fueron presas, exiliadas o perseguidas. La mujer palestina lucha en dos frentes: para tener su posición, tomar decisiones en la sociedad y contra la ocupación israelí.
–Marwan señaló que la división entre facciones representaba un punto negro en la historia de la lucha palestina.
–A nivel político, de liderazgo, esa división no terminó. Son grupos pequeños, limitados, con intereses en esa separación. Es una pelea por un asiento que no existe. Y es un liderazgo que no existe porque estamos bajo ocupación.
–¿Se trata de grupos que responden a Fatah o a Hamas?
–A ambos sectores, además de intervenciones internacionales y regionales para que no se unan los palestinos. Esto beneficia a la ocupación israelí porque no habrá Estado sin Gaza. Y esta división significa que la Franja de Gaza y Cisjordania están solas.
–¿Qué chances hay de que se produzca una nueva Intifada?
–Nadie puede decir o determinar si habrá o no otra Intifada. La Intifada es resultado de las circunstancias que vive el pueblo palestino: los asentamientos, las violaciones y ataques cometidos por los colonos; el muro del Apartheid que continúa construyéndose.
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