Página/12 En Cuba

Tras la suspensión de los diálogos entre las FARC y el gobierno colombiano, ayer se logró un común acuerdo para continuar el proceso de paz que cumplió dos años y ha logrado acuerdos parciales en tres de seis puntos. Las conversaciones fueron suspendidas por el presidente Juan Manuel Santos después de que el general Rubén Darío Alzate cayó en poder de la guerrilla. Este fue liberado el fin de semana pasado, junto a otros militares y una civil, cuya libertad fue la condición del Estado para continuar en la mesa de conversaciones.

El ciclo que estaba previsto comenzara el 18 de noviembre se desarrollará entre el 10 y 17 de diciembre, según anunciaron ayer en La Habana en un comunicado leído por los delegados de los países garantes: Cuba y Noruega. Junto a ellos estuvieron el jefe de la delegación de gobierno, Humberto De la Calle Lombana, y el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, quienes fueron autorizados por Santos para viajar a la isla en cuanto el general Alzate retornó a la libertad y con ello se cumplió el Acuerdo Humanitario Especial con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Al mediodía, junto a los representantes cubano y noruego, también aparecieron los comandantes guerrilleros Pastor Alape, Ricardo Téllez, Pablo Catatumbo y el jefe de la delegación de las FARC, Iván Márquez.

También se informó que acordaron un mecanismo para solucionar las crisis que, como la que se terminó ayer, sumió en la incertidumbre el futuro del proceso de paz. Durante 18 días, los diálogos estuvieron en vilo, a pesar de que según los principios acordados por guerrilla y gobierno serían interrumpidos y directos. De acuerdo con el comunicado, “las delegaciones acordaron establecer un mecanismo permanente, a través de los países garantes, para facilitar la solución de eventuales crisis que se puedan presentar en el futuro”. Este martes y miércoles, De la Calle y Jaramillo discutieron con Márquez las reglas del juego para continuar, según las FARC. Según el Estado, se trataba de una “evaluación” del proceso, lo que la Delegación de Paz fariana desmintió asegurando que dado que no se encontraban en un ciclo oficial, sino en una conversación, no podría analizarse el proceso en sí mismo si no los hechos recientes. En cuanto a la solicitud de tregua por parte de la guerrilla, no se anunció nada aún. En el próximo ciclo se discutirá, según el comunicado divulgado ayer, el “desescalamiento” del conflicto.

La visita de la última delegación de víctimas se realizará el 16 de diciembre. Este año, en cuatro grupos, doce personas víctimas de diversos actores, entre ellos los paramilitares y el Estado colombiano, han participado directamente de la mesa de conversaciones. La quinta delegación llegaría en noviembre, pero todo quedó suspendido al cancelarse el viaje de los negociadores oficiales a La Habana. Para esta ocasión, la guerrilla prepara un resumen de las propuestas que trajeron las víctimas a Cuba, así como de sus impresiones y posibles compromisos.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, comentó que “es un alivio para las víctimas y los colombianos que creen en la necesidad de finalizar el conflicto que las delegaciones del gobierno y las FARC hayan decidido retomar el diálogo”.

Entre tanto, en Colombia empiezan a escucharse diversidad de opiniones sobre el anuncio de Santos acerca de la propuesta de acercar el delito político a los delitos de narcotráfico. “Yo celebro que en la mesa de La Habana se hayan puesto de acuerdo para reanudar las conversaciones a partir del 10 de diciembre”, añadió el mandatario, en cuyos hombros pesa la responsabilidad de éstos, los cuartos diálogos de paz entre las FARC y el gobierno colombiano, desde que él mismo buscó abrir las puertas de las negociaciones en 2012.