Viernes, 11 de septiembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › EN UN CONTEXTO ECONOMICO DE DESACELERACION Y DEPRECIACION DEL REAL
La caída bursátil responde a la rebaja que la agencia Standard & Poor’s hizo de la calificación crediticia de Brasil al quitarle el grado de inversión que el país había conseguido por primera vez en abril de 2008.
La Bolsa de Valores de San Pablo cerró sus operaciones con una baja del 0,43 por ciento y ubicó su índice Bovespa en 46.455,24 puntos con pérdida de 201,86 unidades. La caída bursátil responde a la rebaja que la agencia Standard & Poor’s hizo de la calificación crediticia de Brasil al quitarle el grado de inversión que el país había conseguido por primera vez en abril de 2008. Así, la calificación de la deuda soberana del país vecino pasó a ser BB+, que representa un grado de inversión de riesgo o especulativa, según la escala de la calificadora de riesgo norteamericana. En ese contexto, el Banco Central de Brasil anunció una subasta para vender 1500 millones de dólares en el mercado con el fin de contener la fuerte suba de la moneda norteamericana, que ayer rozó los 3,90 reales.
La baja en la calificación fue acompañada por una perspectiva negativa a futuro, algo tomado por los analistas financieros como una señal de alarma en medio de un contexto económico de desaceleración y depreciación del real. Standard & Poor’s advirtió que en los próximos meses podría producirse una nueva rebaja, indicó la agencia de noticias Bloomberg.
El equipo económico de Dilma Rousseff presentó al Congreso un proyecto de presupuesto para el próximo año que prevé un déficit fiscal de 7900 millones de dólares para 2016, lo que representa un 0,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PBI) brasileño. El nivel de deuda, en tanto, subió en julio al 65 por ciento del PBI desde un 51 por ciento registrado a fines de 2011.
El mercado brasileño reflejó su inquietud ante la pérdida del llamado “grado de inversión”, la calificación que se otorga a los buenos pagadores y que Brasil gozaba desde siete años. La disparada de la moneda estadounidense, que en lo que va del año acumula una revaluación de más del 40 por ciento, obligó a una nueva intervención del Banco Central de Brasil, que la pasada semana ya había subastado 2400 millones de dólares en el mercado.
En su decisión, S&P argumentó que el deterioro de las cuentas fiscales del país se incrementó, y también puso en duda la capacidad del Gobierno para lograr que el Congreso apruebe los presupuestos de 2016 por los crecientes desafíos políticos que atraviesa el país. La economía brasileña está sumergida en una recesión técnica y, si se cumplen las proyecciones oficiales, el PIB se contraerá 1,49 por ciento este año, aunque los analistas del mercado financiero elevan esa tasa a 2,44 por ciento.
La inflación comenzó a ceder en Brasil y cayó en agosto al 0,22 por ciento, su nivel más bajo en los últimos trece meses, informó ayer el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
El índice de precios en agosto cayó 0,40 puntos porcentuales en comparación con el de julio (0,62 por ciento) y 0,03 puntos porcentuales frente a la del mismo mes del año pasado (0,25 por ciento), además de haber sido la menor para un mes de agosto desde 2010 (0,04 por ciento). Pese a que la inflación no era tan baja para un mes desde la de julio del año pasado (0,01 por ciento), la tasa acumulada en lo que va de año subió hasta el 7,06 por ciento, muy por encima de la acumulada en los ocho primeros meses de 2014 (4,02 por ciento) y la mayor para el período desde 2003 (7,22 por ciento).
La inflación interanual, por su parte, fue del 9,53 por ciento, ligeramente por debajo de la acumulada en doce meses hasta julio (9,56 por ciento) pero tres puntos porcentuales superior a la registrada entre septiembre de 2013 y agosto de 2014 (6,51 por ciento). La tasa acumulada en los ocho primeros meses del año ya supera el techo máximo tolerado por el Gobierno para 2015, que es del 6,50 por ciento. El Gobierno se impuso la meta de terminar el año con una inflación del 4,50 por ciento, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales, lo que permite que la tasa llegue a un máximo del 6,50 por ciento. Los datos difundidos por el Gobierno refuerzan el pronóstico de los economistas, que prevén que Brasil terminará el año con una inflación del 9,29 por ciento, la más elevada desde 2003.
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