EL MUNDO › EE.UU ELIMINARIA GRAVAMENES PARA IMPORTAR EL METAL

El costo se mide en acero

Por Rupert Conrwell *
Desde Washington

Mientras el presidente Bush se mueve para eliminar los gravámenes a la importación de acero de Estados Unidos, la Unión Europea declaró ayer que las medidas ilegales debían rescindirse totalmente si Washington quiere evitar sanciones de represalia. La advertencia, emitida por un vocero de la Unión Europea en Bruselas, llega en medio de informes en Washington que la Casa Blanca había decidido dejar caer la mayoría de los gravámenes. Los funcionarios de Estados Unidos dijeron anoche que había varias opciones en estudio y que no se había llegado a ninguna decisión. Sin embargo, no dijeron que los gravámenes –que tienen las mayores implicancias políticas para Bush– estén por ser eliminados.
Pero la Unión Europea dejó en claro que el acuerdo parcial con la resolución de la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra los gravámenes, aparentemente una de las opciones, no sería suficiente. El grupo de 15 naciones devolvería el golpe con sanciones de 2200 millones de dólares sobre las importaciones de Estados Unidos, a no ser que las tarifas, impuestas en marzo de 2002, sean totalmente abolidas. “Estados Unidos sabe esto”, dijo el vocero de la Unión Europea. Se espera una decisión final antes de la fecha límite del 15 de diciembre impuesta por la OMC. Lo más probable es que no llegue hasta que Bush complete sus visitas a Pennsylvania y Michigan, los objetivos más importantes para los republicanos en la elección de 2004 y los estados donde el tema del acero resuena todavía.
En los últimos 10 días, los altos funcionarios de Estados Unidos han estado preparando el terreno, sosteniendo que las sanciones ya tuvieron el efecto deseado al permitir que se reorganizara la industria del acero. La recuperación económica también los hacía menos necesarios que cuando fueron impuestos hace 20 meses. El impacto político de su eliminación está lejos de resultar claro. Esa movida le puede costar a Bush votos en los estados productores de acero como Ohio y Pennsylvania. Pero las tarifas han impulsado los costos hacia arriba para las industrias más importantes que consumen acero, como la de automóviles y herramientas, dañando la causa republicana en algunos estados de medio oeste.
Hoy el presidente asiste a una reunión para reunir fondos en Pittsburgh donde el anfitrión el Thomas Usher, el jefe ejecutivo de US Steel. En 2000, Bush estuvo a cinco puntos de Al Gore en el anteriormente sólido Pennsylvania democrático, y visitó el estado más de 20 veces desde que entró a la Casa Blanca. Terrence Traub, vicepresidente de US Steel, dijo que eliminar los gravámenes sería una “promesa rota por la Casa Blanca” que le podría costar caro al presidente en 2004.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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