El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva acusó ayer al vicepresidente Michel Temer de ser funcional a un golpe parlamentario por no oponerse al pedido de apertura de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff que cursa en el Congreso. “Temer es un constitucionalista, profesor de derecho, él sabe que lo que están haciendo es un golpe. Y eso, él sabe, se lo van a cobrar (pasar factura) mañana sus hijos, sus nietos, porque la forma más vergonzosa de llegar al poder es intentar impugnar el mandato, dar un golpe contra una mujer de la calidad y seriedad de la presidenta Dilma”, dijo el ex mandatario ante millares de personas, citado por el portal del diario Folha de S. Paulo.

El acto, en el que participaron entre 12.000 y 50.000 personas, según estimaciones de la policía y los organizadores, respectivamente, se realizó en la capital regional de Fortaleza, en el nordeste del país, donde la multitud aclamó al ex mandatario, hostilizó a Temer y defendió la permanencia de Rousseff en el gobierno, aun cuando llovía torrencialmente.

Lula dijo durante su discurso, de cerca de media hora de duración, que en los 50 años de vida política que tiene nunca vio “un clima de odio” como el que se vive en el país. Asimismo, dijo que espera asumir el jueves como ministro jefe de Gabinete de Rousseff, que lo nombró ministro en marzo, pero su investidura fue suspendida por orden judicial. El jueves, la más alta corte del país analizará un pedido de la defensa del ex presidente para echar por tierra la suspensión. “El próximo jueves, si todo sale bien, si la Corte Suprema lo aprueba, estaré asumiendo el ministerio. Vuelvo para ayudar a Dilma”, afirmó Lula.

La suspensión de su investidura está relacionada a sospechas de que lo que se pretendió con el nombramiento fue otorgarle el privilegio de los fueros. El ex presidente está investigado por sus presuntos nexos con el escándalo de corrupción en Petrobras, y por eso pende sobre él un pedido de arresto preventivo. Lo acusan de haber obtenido dos propiedades como obsequios de empresas investigadas, pero Lula niega que las propiedades sean suyas. Con fueros, los procesos los analiza el Supremo, y sin ellos, el juez de primera instancia Sérgio Moro, quien lleva adelante las investigaciones sobre el caso Petrobras. La suspensión fue dictada por el juez del Supremo Gilmar Mendes. Es ese veredicto que el plenario deberá refrendar o rechazar.

En respuesta a los dichos de Lula sobre el proceso con miras a destituir a Rousseff, Temer informó a través de su oficina de prensa que precisamente, “por ser constitucionalista y profesor de derecho constitucional, es consciente de que no hay un golpe en curso en Brasil”. El vicepresidente enfrenta dos pedidos de apertura de juicio político. Ambas acciones se basan en los mismos fundamentos que sustentan el pedido de apertura de juicio político presentado contra Rousseff y que fue acogido por Cunha el año pasado. Son, básicamente, las maniobras contables practicadas con el fin de maquillar resultados financieros y la apertura de líneas de crédito por decreto sin aval del Congreso.

Aunque Temer permanece como vice de Rousseff, su partido abandonó la coalición oficialista el martes, en una decisión que no contó con el aval de todos sus integrantes.