EL MUNDO › ENTRE TRUMP Y HILLARY, LOS DOS CANDIDATOS MENOS POPULARES DE LA HISTORIA

Los independientes marcan la diferencia

Los independientes mejor posicionados, Gary Johnson y Jill Stein miden en las encuestas niveles record de intención de voto. Siguen los ejemplos del libertario Ross Perot y del ambientalista Ralph Nader, respectivamente.

 Por Nicolás Lantos

Página/12 En Eatados Unidos

Desde Nueva York

Comedias musicales, baseball, hot dogs, portación de armas y bipartidismo: la división del mapa político de los Estados Unidos entre republicanos y demócratas forma parte de la idiosincracia de este país y es la piedra basal de la democracia más estable de la historia de occidente, con un siglo y medio de alternancia sin interrupciones de terceras fuerzas ni golpes militares. El sistema uninominal, por el que cada distrito elige solamente a un representante para cada cámara del Poder Legislativo y el modelo winner takes all que no contempla la proporcionalidad en el voto de las elecciones presidenciales, consolidan el reparto entre burros y elefantes (los animales que representan a cada uno de los dos partidos tradicionales) y bloquean, mayormente, el acceso de terceras fuerzas a cargos de importancia: desde que terminó la “era de la reconstrucción”, después de la guerra civil, en 1877, solamente hubo 22 gobernadores, 31 senadores –uno de ellos, un tal Bernie Sanders, independiente por el estado de Vermont– y 111 representantes (y, por supuesto, ningún presidente) que no formaran parte de ninguno de los dos partidos mayoritarios.

Sin embargo ha habido contadas veces en los que un candidato outsider modificó el resultado de una elección. El ejemplo más cercano se remonta a los comicios del año 2000, cuando el activista Ralph Nader, como nominado por el Partido Verde, recibió casi tres millones de votos, un 2,47 por ciento de los sufragios emitidos, de los cuales alrededor de cien mil provinieron del estado de Florida, donde George W. Bush derrotó por un margen eximio al demócrata Al Gore, quedándose con la Casa Blanca tras una disputa judicial. La campaña de Gore estaba basada en un fuerte mensaje ecologista que se solapaba con el de Nader y si el demócrata hubiera conseguido unos pocos votos que fueron para el candidato verde hubiera cambiado el curso de la elección nacional.

Hoy, ante la elección entre Donald Trump y Hillary Clinton, los dos candidatos menos populares de la historia contemporánea, las figuras externas toman otra relevancia y pueden volver a marcar diferencias. Los independientes mejor posicionados, Gary Johnson (del Partido Libertario) y Jill Stein (del Partido Verde) miden en las encuestas niveles record de intención de voto. Además, en las últimas semanas surgieron varias figuras de partidos aún más pequeños que anunciaron que se presentarían el 8 de noviembre. Si bien existe una tendencia histórica a que los números de las propuestas alternativas se licúen en las últimas semanas, a medida que la elección se hace inminente, hoy los números los ponen ante la posibilidad de hacer historia.

Johnson fue dos veces gobernador de Nueva México (entre 1995 y 2003) como parte del Partido Republicano. En 2012 intentó disputar la nominación presidencial del GOP pero, resistido por el establishment y sin lograr los resultados que esperaba, pronto decidió encaminarse a una candidatura independiente, cosechando el apoyo del Partido Libertario, un espacio con una plataforma ultraliberal en lo económico y en lo social. En las elecciones obtuvo el 0,99 por ciento de los votos, la segunda mejor elección de los libertarios en su historia. Este año vuelve a presentarse y las encuestas al día de la fecha le dan un impactante 12 por ciento de intención de voto, número que, de mantenerse, sería el mejor resultado de un tercer partido en más de un siglo.

Si bien está lejos de resultar competitivo y dificilmente pueda obtener un escaño en el Capitolio siquiera, el Partido Libertario preocupa a los estrategas de la campaña republicana por el efecto que puede tener quitándole votos a Trump en estados donde el margen entre las dos boletas principales sea exiguo. Algunos distritos en disputa y otros tradicionalmente “rojos” pueden complicarse para el GOP si Johnson termina obteniendo un resultado de dos cifras, arrastrando para sí parte del voto tradicionalmente republicano. Hoy, el ex gobernador mide 15 puntos en Colorado, 12 en Virginia y 9 en Florida y Carolina del Norte. Su próximo objetivo es lograr llegar al 15 por ciento en al menos cinco encuestas de alcance nacional, lo que lo habilitaría a participar de los debates presidenciales que se realizarán en septiembre y octubre. Hasta ahora, nunca en la historia un tercer candidato accedió a esa instancia.

Las aspiraciones de Stein, la nominada ecologista, son algo más modestas, pero las encuestas le dan cinco puntos de intencion de voto a nivel nacional, casi el doble de lo que obtuvo Nader en aquella compulsa del año 2000. En caso de lograr ese número, los efectos para el Partido Verde hacia el futuro son enormes: cinco es el piso que establece la ley en los Estados Unidos para financiar a un partido con fondos federales en el próximo ciclo electoral. A la búsqueda de votantes de Sanders en las primarias que no se hayan decidido por apoyar a Clinton en noviembre, Stein y los verdes están haciendo una campaña fuertísima, la más importante que recuerde ese partido, en búsqueda de establecerse como una alternativa minoritaria pero con presencia en los cincuenta estados de la unión.

Además de libertarios y verdes, otros partidos minoritarios participarán de la disputa, aunque ninguno de ellos podrá presentar su boleta en más de la mitad de los distritos: en la lista aparecen desde grupos de derecha paleoconservadora como el Partido de la Constitución, hasta partidos de izquierda marxista como el Partido de los Trabajadores Socialistas y el Partido por el Socialismo y la Liberación, pasando por el Partido de la Prohibición, que propone regresar a la ley seca, el Partido de los Veteranos y también candidatos que, sin una estructura que los respalde, se lanzaron a la carrera, como el ex agente de la CIA Evan McMullin que hace una semana anunció su candidatura convocando a los “verdaderos republicanos” a que lo apoyen en lugar de dar su voto a Trump.

“Este año, los candidatos independientes tienen mayor potencial de crecimiento debido a la baja popularidad y el alto rechazo que generan los dos candidatos de los partidos tradicionales”, analiza el consultor Ron Facheaux en un artículo publicado esta semana por el periódico Washington Examiner. En la misma nota, sin embargo, Alan Abramowitz, profesor de ciencia política de la Universidad de Emory, modera las expectativas: “Dudo que ninguno de ellos reciba el nivel de apoyo que vienen mostrando las encuestas recientes. A medida que se acerquen las elecciones el apoyo por candidatos independientes suele reducirse ya que los votantes temen desaprovechar su voto y ayudar indirectamente a la victoria del candidato que menos prefieren”.

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El candidato presidencial del Partido Libertario, Gary Johnson, fue dos veces gobernador de Nueva México.
Imagen: AFP
 
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