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Decapitaron a otro rehén en Irak, un surcoreano

El grupo autodenominado Monoteísmo y Jihad ejecutó al rehén, dado que Seúl mandará sus tropas a Irak. Es la tercera decapitación; el viernes mataron a un norteamericano en Arabia.

Por Patrick Cockburn y Andrew Gumbel*
Desde Bagdad

Un traductor surcoreano mantenido como rehén fue decapitado ayer y su cuerpo fue encontrado tirado en algún lugar entre Bagdad y Faluja, frustrando las 11 horas de esperanzas de que su vida hubiera sido perdonada y, al mismo tiempo, presionando al gobierno de Corea del Sur para que cancele su plan de desplegar 3000 tropas a Irak este verano. Un video del asesinato fue enviado a la cadena árabe Al-Jazeera que emitió sólo el inicio que muestra a Kim Sun-ii de 33 años arrodillado y con una venda sobre los ojos mientras sus captores dicen que están por llevar a cabo su amenaza. “Les advertimos y ustedes ignoraron las amenazas”, le dijo a la cámara uno de los hombres armados parados detrás de él. “Basta de mentiras. Su ejército no está aquí por el bien de los iraquíes sino por el bien de los malditos Estados Unidos.”
Los funcionarios del gobierno en Seúl dijeron que los restos del hombre muerto fueron encontrados por el ejército de Estados Unidos en algún lugar entre Bagdad y Faluja. Su identidad fue luego confirmada por la embajada de Corea del Sur en Bagdad, que examinó las fotografías del cuerpo que recibió por e-mail. El cónsul de Corea del Sur en Irak y el presidente de la empresa de Kim, Gana General Trading, un proveedor del ejército de EE.UU., inmediatamente se dirigieron al lugar para recoger su cuerpo.
Kim, un cristiano evangelista con uso fluido del árabe, fue el tercer civil extranjero secuestrado y decapitado en Irak en dos meses, después del italiano Fabrizio Quattrocchi y el estadounidense Nicholas Berg. Su secuestro y muerte siguió inmediatamente al de Paul Johnson, un ingeniero estadounidense que fue decapitado el viernes pasado en Arabia Saudita. Aunque los cuatro hombres fueron capturados por una variedad de grupos en países distintos, el grupo de Kim se llamaba a sí mismo Jamaat al-Tawhid al-Jihad, o Monoteísmo y Jihad. La guerra declarada por los islamistas radicales a través de Medio Oriente parece haber entrado en una nueva y mortífera fase en la que el poder visceral por las decapitaciones se ha convertido en la táctica elegida.
Kim fue capturado en Faluja sólo horas después que el partido gobernante en Corea del Sur votara el jueves pasado a favor de un desplazamiento de tropas. El fuerte contingente de 6000 sería la tercera mayor presencia extranjera militar en Irak, después de Estados Unidos y Gran Bretaña. Ahora queda por ver si Corea del Sur se mantendrá firme con respecto a su plan. Una reunión de emergencia del Consejo Nacional de Seguridad fue arreglada a la noche en Corea, mientras la conmocionada nación expresaba una creciente oposición al plan.
Un vocero del gobierno, Shin Bong-kil, no comentó sobre el plan de despliegue pero le dijo a los reporteros: “Nos rompe el corazón tener que anunciar esta desgraciada noticia”. Sus captores habían emitido un ultimátum de 24 horas el domingo, diciendo que mandarían la cabeza de Kim a Corea del Sur salvo que dieran marcha atrás en su plan de despliegue. En un video enviado a las emisoras de Medio Oriente, se veía a Kim gritando en inglés: “Soldados coreanos, por favor salgan de aquí. No quiero morir. No quiero morir. Sé que la vida de ustedes es importante, pero mi vida es importante”. El gobierno de Corea de Sur se negó a cambiar su posición, pero algún tipo de negociación parecía estar en camino porque la fecha límite del lunes fue y volvió sin que Kim fuera muerto. Mohammed al-Obedi, un iraquí que trabaja para la empresa surcoreana NKTS, le dijo a los reporteros que estaba actuando como un mensajero y hablando con los clérigos islámicos, quienes a su vez estaban en contacto con los captores. Dijo que parecía posible cierta flexibilidad si los surcoreanos suavizaran su retórica e hicieran concesiones.
El indulto duró menos de 24 horas. Es probable que la muerte de Kim tenga un efecto inmediato en los otros 22 surcoreanos civiles todavía en Irak. Cuando el presidente George Bush fue informado de la decapitación del surcoreano declaró que las fuerzas de la coalición no serán intimidadas por hechos de esa naturaleza. El Ministerio de Comercio, Industria y Energía en Seúl anunció ayer que dejaría el país a principio del mes que viene. Y hay señales de que la inquietud está creciendo en otras partes del mundo sobre la seguridad de los extranjeros civiles en Irak. Miles de personas, la mayoría de ellos o bien miembros del Partido Comunista o representantes de la Iglesia Ortodoxa, marcharon ayer a través de las calles de Kiev, la capital de Ucrania, para pedir el regreso de los 1600 que están en Irak manteniendo la paz. Orador tras orador denunciaron al gobierno por arriesgar la sangre de otros para lograr el favor de la administración Bush.
En Estados Unidos mismo, la perspectiva de más secuestros y decapitaciones oscureció una reunión del Comité de la Casa de los Servicios Armados, cuyos miembros ya están preocupados sobre las implicaciones respecto a la seguridad por la entrega del poder en Irak a fines de este mes. El más importante representante demócrata del Comité, Ike Skelton de Missouri, llamó a Irak un “atolladero de seguridad” y desafió a Paul Wolfowitz, el vicesecretario de Defensa y principal arquitecto de la invasión a Irak, a que diga cuánto tiempo deben permanecer ahí las fuerzas de EE.UU. “No estamos atascados”, insistió Wolfowitz. Concedió, sin embargo, que Estados Unidos bien se podría quedar durante años en Irak.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

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Kim Sun-ii y sus captores, como difundió Al-Jazeera.
 
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