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Por Ferrán Sales*
Desde Jerusalén

Dos misiles artesanales palestinos cayeron ayer de nuevo sobre la localidad de Sderot a poco menos de 200 metros de donde se encontraban reunidos el primer ministro Ariel Sharon, el responsable de Defensa Saul Mofaz y las autoridades locales discutiendo sobre qué protección necesitaba esta ciudad, que desde que se inició la Intifada se ha convertido en uno de los blancos preferidos los artilleros de los grupos radicales.
Este nuevo ataque, que se sucede cuando apenas se habían cumplido 24 horas de la muerte de dos civiles israelíes en Sderot, entre ellos un niño de 4 años, por misiles, fue reivindicado por el Comité de la Resistencia Popular Palestina, una plataforma unitaria en la que confluyen la mayoría de las milicias armadas de Gaza, que dijeron actuar en venganza por la muerte de los líderes de Nablus, perpetradas por el ejército el pasado fin de semana. Los artilleros palestinos lograron con esta nueva operación burlar los controles del ejército israelí, que ayer tomaron la ciudad de Beit Hanun y el campo de refugiados de Jabalia, desde donde usualmente se efectúan los lanzamientos de misiles sobre territorio palestino. Un mando del ejército israelí anunció que las tropas israelíes permanecerán todo el tiempo que sea necesario en estas zonas, para impedir así el ataque sobre los núcleos civiles israelíes situados al otro lado de la “línea verde”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.