EL MUNDO › PEDIDO DE SGRENA A BERLUSCONI

Cuestión de palabra

Por Peter Popham*
Desde Roma

La rehén italiana liberada, Giuliana Sgrena, aumentó la presión sobre el premier Silvio Berlusconi, pidiéndole que mantenga su palabra de retirar las tropas italianas de Irak. En conversación con este diario dijo: “Berlusconi por primera vez anunció su intención de retirar las tropas y esto es, sin dudas, un hecho positivo. Por lo tanto debemos inducirlo a que mantenga su palabra. Estoy segura de que la gran emoción provocada por la muerte de Nicola Calipari está detrás de esto”.
Sgrena, periodista del diario Il Manifesto, fue liberada por sus captores iraquíes el 4 de marzo, pero el agente secreto que negoció su liberación, Nicola Calipari, murió por fuego norteamericano cuando viajaban hacia el aeropuerto de Bagdad. Sgrena también fue herida en el ataque. El asesinato, bajo investigación estadounidense, despertó una reacción furiosa en Italia. Berlusconi declaró en un programa de televisión que podría comenzar a retirar las tropas italianas en septiembre. La opinión generalizada es que fue influenciado por la reacción pública luego del asesinato de Calipari. En el mismo programa criticó abiertamente a Sgrena por arriesgarse de manera excesiva en Bagdad. En recuperación en un hospital militar, comentó: “Admito que el día del secuestro probablemente me haya quedado demasiado tiempo en ese lugar. Pero ésa es la forma en la que trabajo. Si voy a Bagdad, no me quedo en un hotel, salgo para hablar con la gente. Para entrevistar a los refugiados tenés que pedirle permiso al imán y luego superar la negativa de los mismos refugiados a hablar, así que el tiempo pasa muy rápido”.
“No critico a los periodistas en Irak que se quedan en sus hoteles: es muy peligroso salir. Pero siempre tomé riesgos, esta vez terminó mal. Es una cuestión que tiene que ver con mi profesionalismo y lo defenderé hasta el final. Para mí, hacer periodismo en situaciones de guerra significa quedarse y hablar con la gente, ver cómo vive, ir a mezquitas e ir a Sadr City. Si no, no es periodismo.” Su decisión de no retornar a Irak la llena de un “enorme sentimiento de derrota”, dice. “La situación se ha degenerado a tal punto que solamente la gente que usa la violencia tiene voz, sean las fuerzas de ocupación, los grupos terroristas o la resistencia que usa métodos como el secuestro. He estado en muchas zonas de conflicto –Somalia, Algeria, Afganistán, entre otros– y mi objetivo siempre ha sido darles voz a los que no tienen voz. Pero en Irak no pude darles voz a los refugiados de Faluja. Para mí, eso fue un golpe mortal, porque me parecía que ése era también su interés, hacer saber al mundo lo que estaban sufriendo. En vez, me hicieron callar.”
Sgrena dijo que no sabía si se pagó un rescate por su liberación. Dijo: “Seguramente que si se paga recompensa, hay un riesgo de provocar otros secuestros. Pero el problema no son las recompensas; antes nadie secuestraba gente en Irak. Hoy se secuestra gente todos los días”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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