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Después de nueve semanas de discusiones y regateo tras las elecciones nacionales, los líderes del nuevo gobierno de Irak serán anunciados hoy. Los líderes de los principales partidos políticos, dicen que finalmente han llegado a un acuerdo para designar las figuras más importantes de la administración. Se espera que el veterano líder kurdo Jalal Talabani sea nombrado presidente e Ibrahim Jaafari, un chiíta, primer ministro. Adel Abdul Mahdi, otro chiíta, supuestamente será uno de los dos vicepresidentes, mientras que el otro sería el actual presidente, Ghazi al Yawar, o el estadista Adnan Pachachi, ambos sunnitas. Sin embargo, inmediatamente se abrieron interrogantes en torno a si el gobierno podrá controlar la violencia.
Las fuerzas estadounidenses e iraquíes luchaban contra insurgentes en Diyala, al este de Bagdad. Uno de los más altos comandantes del ejército iraquí fue secuestrado. El brigadier general Jalal Mohammed Saleh, a cargo de la unidad especial antiinsurgencia, fue secuestrado junto con cuatro de sus guardaespaldas por rebeldes cuando dejaba su casa en el distrito de Mansour del este de Bagdad. Hombres armados mataron a Salim Hilai, un alto miembro del consejo en la provincia de Babil, y un clérigo sunnita, Hilal Karim, murió por disparos desde un auto cuando entraba a una mezquita en un suburbio de Nueva Bagdad. Salim Ibrahim, un funcionario del Partido Democrático de Kurdistán, fue asesinado en la ciudad norteña de Mosul.
El grupo insurgente de Al Qaida en Irak, liderado por el jordano Abu Musab al Zarqawi, publicó un video en una página web ayer mostrando la decapitación de un soldado iraquí. Otro grupo militante, el ejército de Ansar al Sunna, dijo que había matado a un policía iraquí por “espiar” a insurgentes.
Cuatro soldados norteamericanos murieron y más de 40 fueron heridos en los últimos cuatro días, llevando la cantidad de muertos del ejército norteamericano a 1539, desde el comienzo de la guerra en marzo de 2003.
Según cifras del gobierno iraquí difundidas ayer, 6000 civiles iraquíes murieron y 16.000 fueron heridos en los últimos dos años. Sin embargo, otras estimaciones de organizaciones internacionales hablan que la cifra actual podría ser tan alta como 100.000.
Comandantes militares norteamericanos sostienen que la campaña de los rebeldes se está debilitando y que civiles iraquíes están luchando contra los rebeldes. Pero, en los últimos días, las fuerzas norteamericanas y del gobierno iraquí son víctimas de cada vez más asaltos sostenidos, en lugar de ataques rápidos y puntuales como antes. Un tiroteo comenzó ayer cuando guerrilleros atacaron un convoy y siguieron el combate aun después de que se pidieran refuerzos. Dos soldados norteamericanos y uno iraquí murieron. El mayor Richard Goldenberg, vocero de la 42ª División de Infantería, declaró: “Los rebeldes estaban luchando desde posiciones preparadas.”
Dos días antes, 35 soldados norteamericanos y 12 prisioneros iraquíes fueron heridos cuando rebeldes atacaron la cárcel de Abu Ghraib al oeste de Bagdad en un ataque con morteros seguidos por atacantes suicidas. El combate posterior continuó por más de una hora. Mientras tanto, prisioneros de otra cárcel, Campo Bucca, en el sur controlado por Gran Bretaña, pero manejado por Estados Unidos, arrojaron piedras y prendieron fuego a las carpas. Cuatro guardias y 12 prisioneros fueron heridos antes de que se pudieran controlar los disturbios, dijo el ejército norteamericano.
Una periodista francesa secuestrada en Irak comenzó ayer su cuarto mes de cautiverio. Florence Aubenas y su guía iraquí, Hussein Hanoun, fueron vistos por última vez el 5 de enero cuando dejaban su hotel en Bagdad. La primera señal pública de vida llegó el 1º de marzo cuando se difundió un video en que se mostraba a Aubenas rogando por ayuda. “Sigue habiendo esperanza,” dijo su madre, Jacqueline Aubenas, en París. “Pero ha pasado demasiado tiempo.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.