EL MUNDO › UNA BOMBA EN DAGUESTAN ACERCA RUSIA A EE.UU.
Sangriento día de la victoria
La pequeña república rusa de Chechenia es uno de los principales centros de fundamentalismo islámico aliado a Osama bin Laden. De allí habría partido la bomba que mató a 34 rusos en Daguestán.
Por Ian Traynor
Desde Moscú
Una bomba explotó en medio de un desfile conmemorando la victoria de la Segunda Guerra Mundial ayer en el sur de Rusia, matando a 34 personas por lo menos, incluyendo 12 niños e hiriendo a más de 150. Fue el peor ataque desde que la guerra chechenia comenzara hace casi tres años. El presidente Vladimir Putin culpó a la “escoria terrorista” de la explosión, refiriéndose a los guerrilleros rebeldes chechenios, y despachó a sus principales oficiales de seguridad al norte del Cáucaso para investigar.
La bomba explotó ayer a la mañana en el centro del puerto del mar Caspio de Kaspiisk en la República de Daguestán, que limita con Chechenia, mientras una banda militar rusa estaba marchando en el día más celebrado del calendario secular ruso, el aniversario de la captura de Berlín por el Ejército Rojo en 1945. El artefacto estaba oculto entre arbustos al lado de la calle por donde marchaba la banda. Fue detonado por control remoto mientras los músicos pasaban rodeados por montones de niños y muchos veteranos de la Segunda Guerra Mundial que celebraban el feriado con un sol brillante. “La escena es horrible. Hay partes de cuerpos por todos lados y un penetrante olor a sangre”, dijo Ruslan Gusarev, un reportero del canal de televisión ruso NTV. Por lo menos 15 soldados rusos murieron, según los funcionarios de seguridad de Daguestán. Se teme que el número de muertes aumente. La escena en el hospital principal de Kaspiisk era caótica mientras docenas de víctimas eran llevadas ahí en el feriado más importante del año.
Las imágenes de televisión de Kaspiisk mostraban la calle llena de sangre y con instrumentos musicales destrozados y ensangrentados esparcidos por todas partes. “Nada es sagrado para la escoria responsable por este crimen –dijo Putin, que estaba en Moscú para el enorme desfile por la Plaza Roja en celebración de la derrota nazi–. Estamos totalmente justificados al tratarlos como nazis cuyo único objetivo es infligir la muerte, sembrar el terror y asesinar. Los bandoleros están fría y calculadamente asesinando gente pacífica, incluyendo a niños... Nadie duda que esto fue un acto de terrorismo”.
El número de muertos y heridos fue el más alto en Rusia desde que una serie de bombas estallaran en edificios de departamentos en agosto y septiembre de 1999 en Moscú y otros lugares, dejando 300 muertos y brindando a Putin un motivo para lanzar la segunda guerra contra Chechenia. Mientras en Rusia se supuso rápidamente que la atrocidad de ayer fue el trabajo de separatistas chechenios, los funcionarios de la policía en Daguestán también dijeron que el ataque pudo haber sido el resultado de una pelea entre gangsters locales. Nadie se adjudica la responsabilidad.
Casi simultáneamente, y desmintiendo repetidas afirmaciones del Kremlin de que la guerra en Chechenia ha sido ganada, los rebeldes en la capital chechenia, Grozny, dispararon misiles a otro desfile por la victoria. Cuatro policías resultaron heridos cuando dos misiles fueron disparados al palco VIP en un estadio deportivo donde los altos funcionarios rusos y el líder chechenio leal al Kremlin, Ahmad Kadyrov, estaban observando el desfile.
A pesar de las severas medidas de seguridad en Grozny, los militantes lanzaron el ataque desde menos de 600 metros, según los funcionarios policiales rusos. En otros lados de Chechenia ayer, cuatro soldados rusos fueron muertos. Más ampliamente, Putin usó el 57º aniversario del fin de la guerra, un conflicto que le costó a la entonces Unión Soviética 27 millones de vidas, para comparar la lucha aliada contra el fascismo con la campaña internacional contra el terrorismo de después del 11 de setiembre. “Sólo uniendo los esfuerzos del pueblo y el Estado podemos confrontar esas amenazas. Eso fue bien comprobado con la coalición anti Hitler. Los países de la coalición derrotaron al enemigo”, declaró Putin en la Plaza Roja delKremlin. “Hoy estamos nuevamente unidos y encontrando aliados contra una amenaza común. Su nombre es terrorismo”.
Mientras el foco de esa campaña para los norteamericanos es Osama bin Laden y Al-Qaida, para Putin el impulso del esfuerzo antiterror es Chechenia y sus señores de la guerra. Nikolai Patrushev, un aliado cercano de Putin que sucedió al presidente como jefe del servicio de seguridad de la FSB, corrió a Kaspiisk a hacerse cargo de la investigación, y ahí se le unió Viktor Kazantsev, un alto oficial militar que es el jefe de la región para el norte del Cáucaso y que estuvo antes comandando a guerra en Chechenia.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.