EL MUNDO › ISRAEL PREPARA UN INMINENTE CONTRAATAQUE MASIVO
El fuego que se viene en Gaza
Después del atentado suicida que mató a 15 israelíes el martes al sur de Tel Aviv, Israel movilizó a sus reservistas y se prepara para lanzar una gran ofensiva contra bases fundamentalistas en Gaza.
La segunda fase de la Operación Muro Defensivo está en marcha. Israel llamó ayer a filas a los reservistas, lo que indica que el ataque es inminente y podría producirse hoy o mañana. La orden de convocatoria se produjo después que el gabinete autorizara al ejército para responder a un atentado suicida que mató a 15 israelíes el martes. La dirección de esta operación será la Franja de Gaza, que no fue objeto de ningún tipo de intervención durante las semanas que duró la primera Operación Muro Defensivo, que tuvo como epicentro seis ciudades de Cisjordania. Pero esta vez la operación será más difícil, porque la densidad de población de Gaza es mayor y el nivel de armamento y de convocatoria del fundamentalismo islámico más radicalizado también lo son.
Las tensiones agravadas por el atentado suicida del martes aumentaron la posibilidad de una nueva ola de violencia y liquidaron de cuajo cualquier perspectiva de mantener una conferencia internacional de paz. La posición propalestina del secretario de Estado norteamericano Colin Powell quedó girando en el vacío, ya que las noticias de la nueva carnicería llegaron precisamente cuando el primer ministro Ariel Sharon se estaba reuniendo con el presidente George W. Bush para definir una postura común en Medio Oriente. Ayer, las distintas agencias del gobierno estadounidense –que en la administración Bush suelen tener posiciones públicas dramáticamente contrastantes– fueron extremadamente cautelosas en sus pronunciamientos sobre la situación. Mientras Bush hizo claro, en respuesta a una pregunta aislada, que no había acordado con Sharon el desplazamiento del líder palestino Yasser Arafat, su vocero Ari Fleisher se limitó a decir que “Israel debe ser muy consciente de sus responsabilidades para proteger la paz en la región y trabajar en una perspectiva de paz”. En el Departamento de Estado, que suele encarnar el sector más crítico con Israel, el vocero Richard Boucher dijo que “los israelíes no piden autorización para sus operaciones militares y nosotros no la damos, se trate de operaciones militares o de operaciones antiterroristas. Siempre hemos dicho que Israel tiene derecho a defenderse. Esa sigue siendo nuestra posición”. Y en el Congreso, que fue escenario en los últimos días de fuertes resoluciones de respaldo al Estado judío, ayer se desbloqueó un paquete de ayuda suplementaria de 200 millones de dólares para que Israel afronte más desahogadamente los costos del conflicto.
Que pueden ser altos, tanto en dinero como en vidas. La radio del ejército israelí dijo que los avisos para presentarse a fila de inmediato fueron enviados a numerosos reservistas que se están incorporando a sus unidades, y por la noche se supo que los tanques israelíes habían penetrado 200 metros en Gaza, en la zona de Rafah. Los palestinos de la Franja de Gaza se preparaban para la posibilidad de un ataque después que la prensa israelí informó que se cree que el kamikaze que se inmoló el martes por la noche en un salón de billar al sur de Tel Aviv provino del pequeño y empobrecido territorio fronterizo con Egipto. Actuando tras la promesa del presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, de arrestar a los responsables del atentado, la policía palestina de Gaza tomó el jueves la medida poco usual de arrestar a 14 miembros de la facción militante Hamas. Pero nadie consideraba probable que las acciones de Arafat, quien enfrenta presiones de Estados Unidos e Israel, evitaran una respuesta israelí al atentado más mortífero desde que el ejército incursionó en localidades palestinas en Cisjordania hace cinco semanas, después de ataques suicidas anteriores. Los palestinos por toda la Franja se apresuraron a comprar alimentos, combustible y otras provisiones durante el día, por temor a quedar atrapados en sus casas bajo el toque de queda israelí, como estuvieron los habitantes de Cisjordania.