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A pesar de que sacó a relucir su abanico de enfermedades imaginarias, como es habitual antes de un debate en el que se discute si se lo desafuera, no lo logró. Ayer el ex dictador Augusto Pinochet perdió los fueros en el marco de la causa de la Operación Colombo, una operación represiva y de desinformación en la que 119 militantes de izquierda fueron asesinados. La Corte de Apelaciones de Santiago despojó de su inmunidad al ex general en una estrecha votación de 11 votos a favor y 10 en contra. De esta manera, queda abierto el camino para procesar a Pinochet por 15 de los 119 detenidos desaparecidos de la Operación Colombo, en 1975.
Después de escuchar los alegatos de los abogados defensores y querellantes por más de una hora, los magistrados de la Corte de Apelaciones resolvieron pronunciarse de inmediato sobre el desafuero. El presidente del tribunal, Juan Escobar, informó que Pinochet fue despojado de su inmunidad en calidad de ex jefe de Estado por 11 votos favorables y 10 en contra. De esta manera, los ministros del tribunal consideraron que el ex comandante en jefe del ejército debe responder por el procedimiento montado por la DINA, la temible policía secreta de la dictadura, para encubrir múltiples desapariciones de miembros del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria). Pese a la estrecha votación en la Corte, que dio luz verde a este nuevo juicio, el abogado Hernán Quezada que representa a las víctimas de la Operación Colombo (ver aparte) se manifestó satisfecho, porque “lo fundamental es que se ha acogido el desafuero”. El abogado querellante se mostró confiado de que, en caso de llegar a la Corte Suprema, el fallo será ratificado en esa instancia. Por su parte, la defensa ya informó que cuando se conozca el texto del fallo, apelará ante la Corte Suprema, cuya resolución es definitiva.
El jefe del equipo defensor de Pinochet, Pablo Rodríguez, esgrimió que la resolución no se basó sobre sospechas fundadas. “Se trata más bien de un recurso de carácter mediático, destinado, como ha sido tradicional, a perseguir implacablemente al general Pinochet y al régimen que él encabezó”, aseguró el jurista. Rodríguez insistió, que el ex dictador no debe ser enjuiciado, utilizando su usual argumento según el cual el ex dictador no está capacitado para someterse a un proceso ya que su estado de salud le impide defenderse. “No puede contestar preguntas, no puede construir su defensa, no puede participar dando los antecedentes que serían necesarios para poder defenderlo de las acusaciones que se le imputan. Por lo tanto, resulta absurdo que se pueda desaforar a una persona que no ha tenido participación ni conocimiento de todos los hechos y no está en condiciones tampoco de poder ser objeto de un proceso penal”, señaló.
La decisión de la Corte se conoció dos días después que Pinochet, de 89 años, fuera sometido a exámenes en el Hospital Militar de Santiago, por el deterioro de su salud física y mental. En la misma causa, el ahora jubilado juez Juan Guzmán dictó el procesamiento de 11 militares chilenos, entre ellos los generales retirados Manuel Contreras, que era jefe de la DINA, y César Manríquez, subsecretario de Guerra de la dictadura, por su participación en los delitos cometidos en el contexto del Plan Colombo.
Con la decisión de ayer, el enfermo imaginario acumula cinco sentencias que le quitaron su inmunidad para juzgarlo por crímenes cometidos durante su régimen en Chile (1973-90). El desafuero de ayer por el Plan Colombo es el segundo que enfrenta Pinochet en los últimos 30 días. El pasado 7 de junio el mismo Tribunal de Apelaciones lo privó de su inmunidad para ser procesado bajo la acusación de fraude tras el descubrimiento de sus millonarias cuentas secretas en Estados Unidos. La Corte acogió esa vez la petición de desafuero que planteó el Servicio de Impuestos Internos (SII), por 21 votos contra cuatro, pero los abogados defensores de Pinochet elevaron el caso a la Corte Suprema, que deberá emitir un veredicto definitivo. De los cinco desafueros, éstos son los únicos dos en vigencia.
El primer desafuero fue sentenciado en el 2000 en una causa por 57 homicidios y 18 secuestros en el marco de la llamada Caravana de la Muerte, una operación militar que ejecutó a 75 militantes de izquierda en los días posteriores al golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende en 1973. No obstante, la Corte de Apelaciones dejó sin efecto aquel fallo al señalar que Pinochet no podía enfrentar a la Justicia a raíz de la demencia senil. Por su intervención en la Operación Cóndor, que coordinó la represión de las dictaduras del Cono Sur en los ’70 y ’80, el juez Juan Guzmán le quitó la inmunidad en agosto de 2004 como autor de nueve secuestros y un homicidio calificado. Pero el 7 de junio pasado la Corte Suprema lo eximió de los cargos una vez más por su estado de salud. El tercer desafuero, del 2 de diciembre de 2004, se originó en la causa por el asesinato del general opositor Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, en la Argentina en 1974, pero los abogados de Pinochet lograron su sobreseimiento en la Corte Suprema.
Al ex dictador aún le aguardan nuevos pedidos de desafuero para juzgarlo por crímenes como el asesinato del periodista estadounidense Charles Horman, historia relatada en la película Missing (1982). Otra causa en la que puede ser desaforado es el asesinato de Eugenio Berrios, un represor de la DINA, a quien sus colegas llevaron a Uruguay para evitar que declarara en la causa que investiga el asesinato del canciller chileno Orlando Letelier, perpetrado en 1976 en Washington.